En un artículo anterior respondí a la pregunta si vale la pena invertir en bitcoin. En esta ocasión abordaré el tema de las expectativas que ha creado el bitcoin sobre su capacidad de destronar, eventualmente, al dinero convencional que es emitido por los bancos centrales del mundo.
Friedrich Hayek, quien recibiera el premio Nobel en Economía en 1974, nos recordaba en su libro Denationalisation of Money que la banca central no es más que el monopolio del gobierno en la emisión de dinero y que, como monopolio, tiene los defectos de cualquier monopolio. Antes de la existencia de la banca central, la emisión de dinero la realizaba la banca privada. A la fecha, por ejemplo, Hong Kong sigue sin poseer un banco central. La emisión del Hong Kong dólar la realizan bancos privados. Uno de ellos es el HSBC y el otro es el Standard Chartered Bank. En este sentido, no debe sorprendernos la creación de otra moneda privada como el bitcoin y que muchas personas lo vean como un desafío a la emisión monopólica de dinero por parte de la banca central.
Tengamos presente que la historia de la banca central no es buena. Las crisis financieras como la Gran Depresión de 1929 en los EE.UU., al igual que la crisis del 2008 fueron causadas por la Reserva Federal (FED) de los EE.UU. La crisis que vivió Costa Rica a principios de la década de 1980 hubiese sido mucho menor si no hubiera existido el Banco Central de Costa Rica (BCCR) que alimentara la crisis con su emisión inorgánica.
Durante siglos, el dinero fue producido por el sector privado. El monopolio estatal de la emisión de dinero, es decir, la banca central, es de imposición muy reciente en la historia de la humanidad. En Costa Rica, por ejemplo, la Ley de Bancos del año 1900 estipulaba claramente que cualquier banco privado podía emitir dinero siempre y cuando garantizara su convertibilidad a oro. La Reserva Federal de los EE.UU. nace en 1913.
A pesar de que el dólar estadounidense ha sido una de las monedas más estables emitidas por un banco central, un dólar de 2022 equivale apenas a 3 centavos de dólar de 1913, fecha de la creación de la FED. En contraste, durante los 200 años previos a la creación de la FED, el valor del dólar se mantuvo relativamente estable.
Por su parte, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) solo ha servido para deteriorar el bienestar económico y social del costarricense. Desde 1976 hasta la fecha, la inflación acumulada supera 22,000% y hemos pasado de un tipo de cambio de ₡8,60 a ₡700 en 45 años. Esto ha causado desempleo, altas tasas de interés y deterioro en la distribución del ingreso. Le hemos pagado millones en salarios a la Junta Directiva del BCCR y a sus funcionarios para que, literalmente, nos arruine la vida.
En mi libro “Causa de la inflación, cierre del Banco Central y dolarización en Costa Rica” expongo con detalle las consecuencias nefastas que ha traído la inflación sobre el desarrollo económico y social y, por razones de espacio, no voy a hondar sobre ello en este artículo. Lo que importa es entender que es necesario desarrollar una moneda alternativa a la que emiten los bancos centrales con el fin de que brinde estabilidad permanente en el poder de compra del usuario (que erradique la inflación) y que facilite el acceso al crédito y a los servicios financieros. ¿Será el bitcoin?
A lo largo de los siglos, el dinero ha vivido una gran metamorfosis. Ha sido tabaco, ganado, metales preciosos, licor, etc. En la actualidad, la mayoría del dinero tiene forma de papel impreso con dibujitos. El bitcoin es el primer intento por crear dinero, de manera privada, totalmente digital.
Muchos menosprecian al bitcoin como dinero porque dicen que carece de respaldo o porque no posee una forma material. Baste estudiar un poquito de Economía para darse cuenta de que estos argumentos no tienen sentido. El dinero que emiten los bancos centrales tampoco tiene respaldo en nada. Por eso se llama dinero fiduciario porque su valor depende de la fe de quien lo porta y de quien lo recibe. En Economía se concluye que el valor es subjetivo; no existe tal cosa como valor intrínseco. En este sentido, la gente puede darle valor a un bit sin que esto sea un escándalo o motivo para menospreciar el bitcoin y su capacidad de usarse como dinero.
Ahora bien, ¿es el bitcoin dinero? Y si lo fuera, ¿tendrá la capacidad de destronar al dinero de la banca central?
El bitcoin posee parcialmente una característica del dinero, a saber, es utilizada como medio de pago. Sin embargo, el bitcoin solo sirve para transar una cantidad muy limitada de bienes y servicios. Peor aún, una gran parte de las transacciones que se realizan con bitcoin es con fines ilícitos. Por lo tanto, el bitcoin no es dinero en sentido estricto porque no se usa en las transacciones cotidianas como ir al supermercado, o subirse al autobús y pagar el pasaje. Si el bitcoin desea destronar a la banca central, el primer paso que debe dar el bitcoin es lograr que sea usado en las transacciones diarias.
Lamentablemente, el bitcoin fue diseñado de tal manera que nunca podrá llegar a ser usado en las transacciones diarias y, en ese sentido, jamás podrá destronar a la banca central. Me explico.
Cuando en Economía se estudia el origen del dinero, uno se percata de que este surge como un instrumento para suplantar el trueque. Sin dinero, los intercambios se limitarían al trueque.
El mayor problema del trueque es lo que los economistas llaman doble coincidencia de necesidades. Supongamos que Marco siembra pepinos y desea conseguir tomates para hacerse una ensalada. Puede ser que deba ir de puerta en puerta preguntando por quién cultiva tomates. Esto le exige recorrer distancias y utilizar mucho de su tiempo. Más aún, puede ser que ninguno de sus vecinos produzca lo que él necesita. Cuando por fin se encuentra con Jorge, un productor de tomates, debe además esperar que éste socio potencial tenga exceso en su producción y que esté dispuesto a intercambiarla por pepinos. En caso de que Jorge no necesite pepinos, Marco debe reanudar su búsqueda hasta que halle a alguien dispuesto a realizar el trueque. Se evidencia aquí que la mutua coincidencia de deseos es difícil de lograr.
El problema que enfrenta Marco lo experimentan todos los productores. ¿Cómo resolverlo? El dinero resuelve el problema de la doble coincidencia. El dinero no es más que un bien que todos desean y por el que entonces se puede realizar cualquier transacción donde medie el dinero. Si Marco desea pepinos ya no necesita encontrar a alguien con excedentes de pepinos que desee tomates, sino que será suficiente que Marco le ofrezca dinero al productor de pepinos.
¿Quién determinó que bien se usaría como dinero? Nadie. El dinero resulta ser consecuencia de lo que Hayek llamó el orden espontáneo. Nadie diseñó el dinero. Cada comerciante siguiendo el impulso de su propio bienestar conduce a un bienestar social que nadie diseñó ni planeó. El mercado operando bajo libre competencia, sin necesidad de la intervención ni regulación de ningún burócrata, selecciona de manera eficiente aquel bien que todos desean o están dispuestos a poseer. A este bien se le llama dinero.
Históricamente los metales preciosos han sido los favoritos como dinero porque poseen muchas características deseables para realizar intercambio. Por ejemplo, son fácilmente divisibles (en contraste si se usaran vacas como dinero) y no sufren deterioro de calidad con el tiempo (imagine el problema de usar frutas como dinero una vez que se pudran).
Una de las características fundamentales que debe poseer un bien para que se convierta en dinero es que posea estabilidad en su poder de compra. Es muy difícil que una tienda ofrezca sus productos en una moneda cuyo valor fluctúa todos los días de manera errática. Es muy difícil que un empresario use una moneda con un poder de compra inestable para valorar inventarios, programar pagos a futuro como salarios o realizar créditos bancarios. ¡Imagínese el problema de que la tarifa del taxi sea distinta al abordarlo que al bajarse y llegar a su destino!
La Economía nos enseña que, si deseamos que el bitcoin, o cualquier otra criptomoneda, se use como medio de pago para cualquier transacción, se requiere, sine qua non, que esta posea estabilidad en su poder de compra.
En Costa Rica tenemos un caso histórico interesante que ilustra lo que he mencionado. Desde enero de 1976 a diciembre del 2022, la inflación acumulada en Costa Rica ha superado el 22,000%. El colón es claramente una moneda inestable y esto ha ocasionado que el costarricense se refugie, de manera voluntaria, en el dólar estadounidense que es una moneda mucho más estable que el colón. Esto explica el por qué más del 50% de la riqueza financiera está en dólares, a pesar del esfuerzo del gobierno por desdolarizar la economía. El costarricense se ha volcado voluntariamente al dólar estadounidense debido a la mayor estabilidad del poder de compra que ofrece dicha moneda con relación al colón.
El bitcoin posee características del dinero: es fácilmente divisible y no sufre deterioro de su calidad con el uso ni el paso del tiempo. Sin embargo, la razón por la cual el bitcoin no se usa en las transacciones diarias es porque carece de un rasgo esencial del dinero, a saber, garantizar estabilidad en el poder de compra. Es decir, para que el bitcoin empiece a competir con el dinero convencional, lo primero que debe hacer es que su valor sea más estable que la mayoría de las monedas emitidas por los principales bancos centrales del mundo.
¿Podrá el bitcoin estabilizar su precio? Yo lo dudo.
¿Cómo podríamos garantizar estabilidad en el poder de compra de una criptomoneda? Para lograr estabilidad en el precio de cualquier bien o servicio, es necesario entender que cualquier precio depende de la oferta y la demanda. Por tanto, en el caso del dinero, la única manera de garantizar la estabilidad del precio de una criptomoneda, o de su poder de compra, es garantizando que la oferta monetaria se mueva al mismo ritmo de las variaciones de la demanda de dinero.
Muchos defensores del bitcoin celebran que este tenga una oferta fija máxima de 21 millones y creen que esto es bueno. Sin embargo, si la oferta monetaria es fija, o determinada a priori, no será posible ajustarla a las variaciones de la demanda y, por tanto, no será posible estabilizar nunca su precio. En este sentido, el bitcoin jamás será más estable que las principales monedas emitidas por los bancos centrales. Si no hay nada que garantice la estabilidad en el precio del bitcoin, jamás podrá convertirse en dinero de uso generalizado.
Algunos expertos dicen que la inestabilidad del bitcoin se debe a la falta de su uso como dinero. Estos expertos afirman que conforme la gente use más el bitcoin como dinero, esto estabilizará su precio. Esta afirmación equivale a poner la carreta delante de los bueyes. Lo que la teoría y la evidencia histórica nos enseña es que la gente empieza a usar un bien como dinero debido a su estabilidad en el poder de compra, no al revés. El colón costarricense no se hará estable por su uso generalizado e igual suerte corre el bolívar venezolano. Primero debe venir la estabilidad del precio del bitcoin y luego, como consecuencia, vendría su demanda como dinero.
No hay ningún mecanismo en la estructura del bitcoin que garantice que la oferta y la demanda se muevan al mismo ritmo y que, por ende, se garantice estabilidad en su precio. Sin que haya nada que garantice la estabilidad del precio del bitcoin, será imposible que las personas demanden al bitcoin como dinero. Ergo, esta criptomoneda nunca podrá llegar a ser dinero en sentido estricto.
Si el bitcoin lograra estabilizar su precio, ¿podría suplantar el dinero convencional?
Aun suponiendo que el bitcoin lograra, eventualmente, tener una mayor estabilidad en su poder de compra que el dólar estadounidense, eso no garantiza que el uso del bitcoin se generalice. La historia está llena de ejemplos de productos que son mejores que su competencia, pero no por eso logran mayor participación del mercado. Por ejemplo, hace algunos años los procesadores AMD eran superiores a los que fabricaba Intel. Sin embargo, a pesar de que los procesadores AMD eran mucho más baratos, nunca logró superar a Intel en ventas.
Para el periodo que va de enero del 2001 a mayo del 2022, la inflación acumulada en los EE.UU. llegó a 66.9%. Por su parte, la inflación acumulada para el mismo periodo en Japón fue de apenas 4.8%. Claramente el yen japonés ha sido mucho más estable que el dólar estadounidense. Sin embargo, no por eso el mundo se está volcando a usar el yen japonés.
Hace algunos años brindé una de mis capacitaciones a una cooperativa que exporta café de Costa Rica a Alemania que es un país miembro de la zona del euro. Les pregunté a la junta directiva de la cooperativa si a ellos no les convendría más un proceso de eurorización de la economía costarricense en vez de dolarización. La respuesta que me dieron fue que no debido que el café que ellos venden se negocia en los mercados de Nueva York donde se usa el dólar como referencia y no el euro.
Esto nos demuestra que, aunque el bitcoin llegase a ser una moneda mucho más estable que las monedas de los principales bancos del mundo, no es suficiente para que destrone al dinero emitido por los bancos centrales porque existe toda una institucionalidad que gira alrededor del dinero emito por los bancos centrales, en particular el dólar estadounidense.
El bitcoin podrá llegar a tener un nicho en el mercado del dinero, pero, por las razones expuestas, no veo probable que llegue a suplantar el dinero convencional. Eso no le quita el mérito al bitcoin de ser el primer intento fructífero de crear dinero privado para desafiar a la banca central del mundo entero. Sin embargo, le corresponderá a otra criptomoneda convertirse en una verdadera alternativa del dinero convencional.
Mi pronóstico es que la criptomoneda que logre desafiar de verdad al dinero convencional debe resolver el problema de la inestabilidad en el poder de compra que poseen todas las criptomonedas hasta el momento. Pero eso es tema de otro artículo.