El precio del petróleo ha caído un 27% desde marzo del 2022. Sin embargo, la inflación interanual a julio en Costa Rica fue de 11,48%. A pesar de la gran caída del precio del petróleo, en Costa Rica ni en el mundo experimentaremos una deflación (caída generalizada de los precios) porque es un error la creencia generalizada que las variaciones del precio del petróleo causan inflación.
El precio del petróleo, según el “U.S. West Texas Intermediate (WTI) crude”, alcanzó un precio máximo de $123,70 el 07 de marzo del 2022 y ronda los $90. Este es un precio inferior previo a la invasión de Putin a Ucrania. ¿Caerán los precios a los niveles que teníamos en enero del 2022? Apostaría a que no.
Es comprensible que el vulgo crea en el “empuje de costos” como causa de la inflación. Por empuje de costos entendemos que el aumento del precio de ciertos bienes y servicios crean un encadenamiento que termina por aumentar todos los precios. Por ejemplo, el aumento del precio del petróleo, la depreciación del colón respecto al dólar estadounidense, o el aumento de las materias primas. Lo que es lamentable es que profesionales en las ciencias económicas usen el empuje de costos como explicación de la inflación. También es vergonzoso que los medios de comunicación, supuestamente especializados en negocios, economía y finanzas, hagan suyos el mito del empuje de costos como explicación del aumento generalizado de los precios.
Si la causa de la inflación fuera el empuje de costos, entonces ante la caída del precio del petróleo, en Costa Rica y el mundo deberíamos estar experimentando una deflación y no una inflación.
El economista distingue entre el aumento del precio relativo de un bien y el aumento generalizado de los precios (inflación). Son dos cosas muy distintas y fenómenos independientes. Si la oferta monetaria permanece constante, un aumento en el precio relativo de un bien causa una redistribución del ingreso; pero no inflación. Dada la restricción presupuestaria, si el precio relativo de un bien sube, se tendrá que gastar menos en otros bienes cuyos precios caerán (al bajar su demanda) y al final la inflación permanece invariable. Esto lo explico con mayor detalle en mi libro: “Causa de la inflación, cierre del banco central y dolarización en Costa Rica”.
La inflación del 11,48% solo es consecuencia de un aumento excesivo en la emisión monetaria que realizó meses atrás el Banco Central de Costa Rica (BCCR). Cuando el BCCR hace una emisión inorgánica es como echarle más agua a la sopa cuya consecuencia es diluir el valor del dinero. El resultado de la emisión de dinero sin respaldo es: inflación, devaluación, aumento de las tasas de interés, desaceleración de las tasas de crecimiento, deterioro en la distribución del ingreso y aumento del desempleo.
Sin lugar a duda, parte de la depreciación del colón que hemos experimentado en los últimos meses se debe a la inflación. La Economía enseña que la inflación crea depreciación del colón; no al revés. Recordemos que la inflación es el aumento generalizado de todos los precios, incluyendo el precio del dólar.
También, en parte debido a la inflación, la Tasa de Política Monetaria (TPM) del BCCR pasó de 0,75% en diciembre del 2021 a 7,50% a la fecha de escribir estas líneas. Esto hará que suban todas las tasas de intereses para préstamos y esto tendrá repercusiones negativas sobre la inversión, la generación de empleo y el crecimiento económico. Lo correcto es que la tasa de interés pasiva sea superior a la tasa de inflación. Caso contrario se desincentiva el ahorro, fuente de los fondos prestables. Es decir, con una inflación del 11,48%, la TPM se encuentra muy baja en 7,50%.
La inflación es uno de los peores flagelos para la sociedad. La inflación se considera como el impuesto más injusto, antisocial y regresivo que existe porque quienes menos tienen son los que menos pueden protegerse de la misma. La inflación deteriora la distribución del ingreso haciendo más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. El repunte de la inflación siempre viene acompañado de un aumento de la pobreza.
La inflación es consecuencia indiscutible de la negligencia de la Junta Directiva del BCCR. Por lo tanto, lo mejor es cerrar el ente emisor, emular un sistema financiero como el de Panamá y permitir la libre oferta y demanda de dinero.
Si se dolarizara la economía, es un error creer que nuestra política monetaria dependería de la Reserva Federal (la Fed). En un sistema dolarizado donde no hay banco central, la oferta y demanda de dinero viene determinado por el aparato productivo ligado al sector externo. Cada vez que se importan bienes y servicios, se crea una demanda de dólares. Cada vez que se exporten bienes y servicios, aumentaría la oferta de dólares. La inflación, en una economía dolarizada como Panamá, sería el resultado de la oferta y demanda de dólares consecuencia de la producción nacional. La Fed no tiene parte en el asunto.
Panamá no tiene banco central y su inflación promedio es inferior a la de los EE. UU. Panamá no tiene banco central y no tiene riesgo cambiario. Panamá no tiene banco central y sus tasas de interés para cualquier préstamo es más bajo que en Costa Rica.
El Banco Central es otro elefante blanco que implica un desperdicio de recursos multimillonarios. Cerrando el BCCR eliminamos el riesgo cambiario, acabamos con el flagelo de la inflación y todos los costarricenses podríamos disfrutar de las tasas de interés más bajas en dólares. ¿Por qué los gobernantes castigan al costarricense con el riesgo cambiario y obligándolo a acceder a tasas más caras en colones?
En la economía no hay nada que justifique la existencia de la banca central. Como bien decía F. Hayek, galardonado con el premio Nobel en Economía, en su libro “Denasionalisation of Money”: “No encuentro en la literatura de la Economía nada que justifique que el gobierno tenga el monopolio de la emisión de dinero [banca central]. … Tiene todos los defectos de todo monopolio”.
La Junta Directiva del BCCR nos empobrece cada vez que crea inflación. Si la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica es incapaz o no desea mantener una tasa de inflación por debajo del 1 ó 2% anual, entonces es necesario considerar el cierre de dicha entidad.