![](https://www.elfinancierocr.com/resizer/v2/523BMYUQTFHA3MK5OTNCQ2WNVU.jpg?smart=true&auth=4789400488f98fbb4880e5379dae847f233c809d90ed333c5ad26148e18a8e2d&width=1024&height=712)
El mundo cambió y la adopción de la tecnología se aceleró a una velocidad sin precedentes. Hoy el trabajo, el estudio, las transacciones, las compras y las ventas ocurren en el entorno virtual. Las necesidades de soluciones tecnológicas de las organizaciones se multiplicaron exponencialmente, y el experto de TI de las instituciones ya no da abasto para atender la demanda en un mundo cada vez más digital. La tendencia solo va a acelerarse: se espera que de 75 millones de aplicaciones de negocios que existen hoy pasaremos a más de 500 millones para el 2023.
Pero hay un enorme déficit de talento en el mundo de la tecnología: se estima que solo el 33% de la oferta laboral en estos campos encuentra talento capacitado. Y ese no es un problema para el sector de TIC; es un problema para la transformación y la competitividad de todo el tejido empresarial, pues hoy en día se podría decir que todas las empresas son empresas de software: una empresa automotriz hoy en día emplea más desarrolladores que ingenieros mecánicos, pues un carro promedio requiere para su funcionamiento 100 millones de líneas de código. De hecho, 61% de los de los empleos vacantes para desarrolladores no vienen del sector de la tecnología.
En vista de este enorme déficit de talento, y de que se estima que solo el 2% de la población mundial sabe de código, un nuevo protagonista ha aparecido en el escenario de la transformación digital: el ciudadano desarrollador.
El mundo del desarrollo de aplicaciones dejó ser críptico e incomprensible gracias a la integración de herramientas de Inteligencia Artificial, como el reconocimiento de voz o de imagen hasta las herramientas y plantillas listas para usar. Gracias a que la tecnología se hace cada vez más accesible para los no-expertos, los ciudadanos del común están siendo protagonistas de primera línea en el mundo de la innovación tecnológica.
![](https://www.elfinancierocr.com/resizer/v2/KQC3CMY6F5FZ5DJBCN3JPZCL4M.jpg?smart=true&auth=99360181aa60aabdae571674fe251a0c07ac3ae48d8d7ba63c0d2b6836b48040&width=1024&height=576)
Lo más probable es que este ciudadano desarrollador no tenga capacitación formal en programación, y que ni siquiera forme parte del equipo de TI de su empresa, pero tiene curiosidad, audacia para inventar y un conocimiento invaluable, pues nadie conoce mejor que ellos su quehacer y su necesidad. Armado de las nuevas herramientas de bajo código -que no requieren dominio de lenguajes de programación-, los usuarios finales pueden crear aplicaciones y plataformas de desarrollo y transformar, automatizar las operaciones de su organización y usar el poder de la data para “razonar” sobre ella y tomar decisiones informadas. Power Apps de Microsoft permite a los ciudadanos desarrolladores crear aplicaciones y es lo suficientemente simple como para que la mayoría de las personas creen una solución a la medida de sus necesidades. Con la ayuda de herramientas low-code o sin una sola línea de código, estos no desarrolladores se equipan para desarrollar aplicaciones y sistemas que de una manera u otra respaldan su trabajo diario y los objetivos generales del negocio.
Power Apps de Microsoft permite a los ciudadanos desarrolladores crear aplicaciones y es lo suficientemente simple como para que la mayoría de las personas creen una solución a la medida de sus necesidades
Las ventajas son muchas; las herramientas de bajo código permiten bajar costos, pues se necesitan menos desarrolladores expertos, permiten que más personas pueden contribuir a la transformación digital de la organización, fomentan una mayor colaboración y las aplicaciones se pueden desarrollar a un ritmo más rápido. Gracias a Power Platform, los desarrolladores ciudadanos están ayudando a reducir los cuellos de botella en las empresas, a aumentar la agilidad e innovar más rápidamente. Según Gartner, para 2024, el 75% de las grandes empresas utilizarán en al menos cuatro herramientas de desarrollo low-code tanto para el desarrollo de aplicaciones de TI como para iniciativas de desarrollo ciudadano.
Esta nueva era de las soluciones de bajo código ha democratizado la tecnología. Ha dado a las personas acceso a conocimientos técnicos o de dominio empresarial a través de una experiencia radicalmente simplificada y sin requerir una capacitación extensa y costosa. Otro factor que es crítico para esta democratización de la tecnología: gracias a la nube y a estas soluciones de bajo código, la automatización de tareas o el desarrollo de aplicaciones -que antes sólo estaban reservadas para las grandes corporaciones con robustos departamentos de TI, están al alcance de cualquier organización, de cualquier tamaño y de cualquier sector.
No es un tema menor, pues en una región como Latinoamérica, donde las pymes representan más del 99 % del total de empresas y dan empleo a cerca de 67% del total de trabajadores, la digitalización de las pequeñas operaciones es fundamental para que se mantengan competitivas y para el bienestar de millones de familias. Y aunque tradicionalmente las pymes son el segmento que menor acceso tiene a la tecnología, con las herramientas de bajo o cero código y el modelo de la nube de pago por consumo, desarrollar una aplicación, un bot o una automatización de procesos está al alcance de cualquier emprendimiento.
Democratizar la tecnología, poner las herramientas que dinamicen la transformación del tejido empresarial -y en particular de las pymes- es fundamental para la recuperación económica inclusiva de Latinoamérica. La transformación digital debe estar al alcance de todas las personas y todas las organizaciones, y Power Platform es la herramienta que lo habilita.