La pandemia aceleró de forma inesperada el avance de las implementaciones tecnológicas en el área de la salud pública. De hecho, este es uno de los sectores donde se ha percibido mayor impacto de las innovaciones tecnológicas, con implementaciones disruptivas que han mejorado el bienestar ciudadano y la atención a la salud gracias al poder de la combinación de la nube y la data.
Microsoft ha estado involucrado en esta transformación y se ha convertido en un aliado clave para los sistemas de salud alrededor del mundo y en nuestra región.
Invitamos en esta ocasión a Alonso Verdugo, quien es Chief Medical Officer de Microsoft para Latinoamérica y quien es además un médico cirujano con más de 25 años de experiencia trabajando con tecnología. Con él conversamos sobre la revolución tecnológica de la salud.
¿Cómo se ha transformado el sector salud recientemente gracias a la adopción de la tecnología?
A pesar de que se trata de un sector con alta tecnología médica y científica, la salud ha sido tradicionalmente una especie de “Cenicienta” en cuanto al uso y la adopción de las tecnologías de información. Aunque claro que la estadística y la data están muy presentes en el sector, hemos tenido la tendencia de ver todo en retrospectiva, por ejemplo, cuántos pacientes se atendieron, cuál fue mortalidad o la prevalencia de alguna enfermedad. Tendemos a poner los ojos y a analizar el pasado, pero pocas veces usamos la información para tomar decisiones hacia delante, en manera de prospección y predicción. Con la pandemia, el sector tomó consciencia sobre el uso de la información como factor diferencial de lo que se puede hacer en esta crisis.
¿Cómo ha participado Microsoft en este proceso y cuáles son los beneficios de hacer uso de la tecnología de la información en el sector salud?
En Microsoft estamos siendo habilitadores tecnológicos, no solo con la implementación de la nube, también en modos híbridos en las instalaciones clásicas, o en premisas con centros de cómputo físicos. Entendemos que el proceso de adopción de la nube y la transformación digital ocurren de forma progresiva, requieren madurez y uno no tiene que echar por la borda lo que ha construido.
En Microsoft llevamos décadas trabajando muy de cerca y muy comprometidos con el sector, conocemos sus retos y oportunidades. Recientemente hicimos una apuesta disruptiva que enfoca las capacidades de la nube en una solución específica y adaptada a las necesidades del sector, pues la salud tiene requerimientos regulatorios muy particulares y un foco muy grande en seguridad y privacidad de la información. Se llama Cloud for Health Care y es un modelo de servicios en la nube específico para ayudarle a los actores de la salud en su transformación digital. Pusimos todas esas capacidades a disposición del sector salud para que una entidad no tenga que enfocarse en los temas técnicos y pueda aprovechar su talento y recursos en el “core” que es la atención de los pacientes y su bienestar.
La tecnología es un habilitador importante para la salud. En la práctica, sin ella todas las ideas del derecho universal a la salud o de la oportunidad del acceso se quedan un poco en entredicho.
¿Cuáles son los desafíos del uso de la información en el sector?
Uno de los desafíos del sector de la salud es que es uno de los segmentos con mayor fragmentación, con más cantidad de participantes y con intereses divergentes. Un Ministerio de Salud no tiene el mismo interés que un hospital privado, uno del sector público o una entidad como la CCSS, un consultorio médico o un laboratorio. A ellos se suman los participantes dedicados a la investigación, las universidades, la industria farmacéutica, y los fabricantes de equipamiento médico. Hay una lista de proveedores enorme y una cadena logística complejísima involucrada también. Todos tienen la salud del paciente como su objetivo final, pero sus objetivos de negocio pueden ser bien diferentes.
La información de todo este ecosistema del sector salud está fragmentada, en silos y es clave poder unificarla para entender a un paciente y poder darle todos los servicios. Digitalizar la historia clínica es un gran paso en esta dirección, pero no es suficiente. Como operamos usualmente, mientras un paciente no está enfermo, no sabemos cuáles son sus riesgos porque esos registros no existen. En el caso de las enfermedades crónicas y degenerativas -que pueden ocupar hasta un 70% del presupuesto de un sistema de salud-, esto es clave porque conocer la evolución del paciente mientras no está en consulta u hospitalizado, pues esa información es clave para atender a tiempo eventos prevenibles. Por eso la información, en este como en todos los sectores, es el nuevo oro. El reto es poder unir la información de diferentes fuentes en un formato estandarizado y consistente para mejorar la salud y usarla de manera ética y segura en beneficio de los pacientes.
Microsoft usa estándares abiertos de industria, estamos usando HLT7Fhir que es Fast Health Interoperability Resource, un estándar de industria de código abierto -open source-; el año pasado el gobierno de EE.UU. lo estableció como el estándar para todas las entidades de salud para intercambiar información sobre una plataforma segura. Corre en la nube Microsoft Azure en un repositorio que tiene representados todos esos objetos, con interfaces para conectar cualquier tipo de sistema. Es capaz de concentrar esa información, consumir de manera anónima, visualizarla, usarla en los procesos.
Todos estos son procesos que se pueden hacer de forma ágil y progresiva. Se puede tener un registro estandarizado que permita guardar información clínica, financiera, de determinantes sociales y puede extenderse si se quiere guardar algo adicional. En el caso de Costa Rica la CCSS usa algunas soluciones de este tipo.
Con telemedicina, esta unificación de información en una plataforma segura empezó a ser profundamente importante, porque hay terceros operadores que pueden recibir información oportuna para su consulta alterna, devolverla en ese formato y mantener siempre su privacidad y seguridad. Podemos usar esa información para sacar los reportes de Covid, como se ha hecho en varios países con Power BI, colocando esa información de forma anónima.
Esos son los aceleradores: son conjunto de tecnologías enfocadas en salud. Una entidad de salud puede incorporarlo para digitalizar sus procesos.
¿Cómo se utiliza esta información que se recibe dentro de estos procesos cuando ya ha sido unificada?
Cuando hablamos de explotar la información, nos referimos a temas críticos como lograr cobertura universal, atender las emergencias de la salud y promover personas más saludables. Para lograr esas metas, las acciones deben poder medirse y la información en tiempo real es crítica para poder intervenir a tiempo.
Cuando uno habla de universalidad de la salud, se trata de tener un sistema sostenible en el tiempo. Tenemos que pasar de una medicina que repara lo que se rompe, a una medicina que previene que se rompa. Es el cambio de paradigma más grande y podemos hacer cosas mucho más proactivas.
Cuando podemos tener los datos estandarizados en un repositorio, uno de los usos más importantes que se puede hacer es el tamizaje, para entender quién tiene riesgo de algo e intervenir con técnicas de segmentación y predicción de riesgo. Se corren algoritmos, con modelos que integran factores como medir el riesgo de sobrepeso, de adicción, o lo que implica no presentarse a una cita. Todo esto permite evaluar y priorizar, un uso súper crítico, porque a partir de eso la entidad o el médico pueden concentrarse en evitar eventos de alto impacto que ya logró prospectar antes de que ocurrieran. Lo segundo que permite esta información unificada, estandarizada y segura, es encontrar insights o eventos, generar prospecciones y predecir el uso elevado de una red de salud. De esta forma se logran optimizar los presupuestos.
¿Cómo se le pude explicar a un paciente el impacto que la transformación digital tendrá en su salud?
En diciembre del año pasado hicimos un estudio interesante. Los ciudadanos tienen una percepción de que la salud es complicada, que no es fácil acceder a ella, que es cara, burocrática, y que conseguir salud de calidad tiene un componente de inversión muy alto. Al preguntarle a la gente qué oportunidades ven para la transformación digital de la salud, lo que el estudio reveló es que desean que se use tecnología digital para permitirles seleccionar su médico, hacer su agendamiento, tener acceso a sus reportes clínicos, poderlos compartir de manera segura entre sus médicos y especialistas. El estudio nos reveló que la gente sabe que la tecnología ayuda a los procesos de salud, porque ya lo han visto en áreas como la banca, el comercio, el consumo y quisieran ver sus beneficios en el área de salud.
Las personas ven de manera positiva el uso de la tecnología, sienten que puede acercarlos a los servicios de salud y a disminuir su complejidad. Todos estos procesos se pueden digitalizar para facilitar la vida a la gente, justo cuando más lo necesita, pues cuando está enfermo o tienes una preocupación de salud, la última de tus prioridades es la burocracia, los procesos, y tienes poca tolerancia a estas barreras tan solucionables.
¿Cómo se ve Costa Rica en este proceso de transformación de la salud? ¿Hay organizaciones que estén avanzando en la integración de estos beneficios de la tecnología?
Por supuesto, hay varios ejemplos. Como ya mencionamos los avances del CCSS, quiero destacar el caso del Hospital CIMA de San José, que se ha se enfocado en usar la tecnología para mejorar la experiencia del paciente; crearon una historia única centralizada para todos los servicios del hospital. Todo está digitalizado en un único repositorio y el paciente ya no necesita intermediar ni preocuparse de tener y trasladar resultados, exámenes e intermediar entre sus propios médicos.
Adicionalmente, el Hospital CIMA está usando soluciones de nuestro socio de negocios Índigo en inteligencia artificial para ayudar con altísima exactitud y precisión a los radiólogos a reconocer patologías como el cáncer de próstata o de mama o incluso COVID en imágenes diagnósticas. Este apoyo es clave: ahora emplean inteligencia artificial para identificar lesiones que son potencialmente malignas en un TAC de pulmón, una mamografía, en rayos X. Esta tecnología hace evidentes las lesiones, el algoritmo las compara con millones y millones de otras imágenes diagnósticas. Eso le ayuda mucho al radiólogo a validar su diagnóstico. Es clarísimo que no se puede sustituir al ser humano pero la capacidad de un algoritmo de encontrar patrones y complementa su talento y su experiencia, y le permite enfocarse en lo que se encuentre raro o inusual.
¿Cuáles son las principales tareas pendientes a la hora de maximizar las soluciones tecnológicas en la salud?
Costa Rica tiene características especiales, y cuenta con la CCSS, una de las entidades que tiene más herramientas digitalizadas. Sólo para mencionar un ejemplo, la CCSS ha guardado información de los tamizajes genéticos de los bebés y esa va a ser una información muy valiosa tanto para cuidar de la salud de esos niños, como para todo el sistema. Tenemos también ejemplos admirables en lugares como Singapur, en Australia, Japón, Brasil, Chile, México, y la misma Costa Rica, donde se han puesto a prueba estos modelos y transformar la salud.
En el corto plazo, la interoperabilidad de la información es crítica: unificar la información para que pueda ser agregada, y que los agentes del sector puedan usarla en beneficio del paciente. Aunque es claro que hay cosas que las entidades privadas pueden hacer más ágilmente, es fundamental que se complementen con las redes públicas de salud y se creen redes que puedan compartir, de forma segura y con autorización del paciente, la información clínica para entenderlo mejor y atenderlo mejor. Esa convergencia, al final, gira alrededor de poner al paciente en el centro.
Pero hay muchos estadios de transformación digital y cada proceso es único. Hay evoluciones maravillosas que tienen que ver con usos como realidad mixta, con el uso de hololens, hasta el uso de las tecnologías de inteligencia artificial para optimizar los procesos de cadena de abastecimiento. Son muchas las áreas de oportunidad para optimización de los recursos y procesos en pro de la salud y el bienestar de los pacientes.
En el caso de la realidad mixta hay dos escenarios donde puede aplicarse, por ejemplo, en la educación. Con realidad aumentada se puede trabajar muy cercanos a la realidad para ver cómo es la anatomía de un órgano pequeño que un estudiante difícilmente va a poder ver tan de cerca, como los ojos. Lo usamos en las cirugías asistidas remotamente: el equipo de cirugía se coloca el hololens y recibir ayuda de forma remota por otros médicos. Se han realizado cirugías de este tipo en Estados Unidos, México, Bolivia, Brasil.La realidad mixta es un futuro que está cercano a la palma de la mano, que complementa el entrenamiento, la forma de pode educar a la gente y de interactuar. Hacia allá vamos.