El nuevo arancel punitivo del 15% impuesto por Estados Unidos sobre las exportaciones costarricenses entró a regir este 7 de agosto, marcando así el capítulo más reciente en la política comercial de Donald Trump.
La medida tomada por el mandatario estadounidense responde a un “superávit comercial” que Costa Rica mantiene con EE. UU., según indicó el Ministerio de Comercio Exterior (Comex). Es decir, en la balanza comercial es más el monto que se exporta desde territorio costarricense que el que importa el país.
LEA MÁS: Costa Rica bajo presión: nuevo arancel del 15% y sin respuesta de EE. UU.
La medida amenaza directamente a los dispositivos médicos, el rubro más fuerte de las exportaciones costarricenses. Pese a que el país es el segundo mayor proveedor latinoamericano de este bien, México —líder del mercado— continúa exento del gravamen para los productos cubiertos por el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC), donde se encuentran los dispositivos médicos y productos agrícolas.
El sector agrícola, que ocupa el segundo puesto en peso exportador y relevancia comercial con Estados Unidos, no queda al margen. Los productores de piña y banano se preparan para la presión, aunque sus rivales internacionales también lidian con gravámenes similares o más altos.
El impacto del nuevo gravamen se sentirá en ambos frentes: el Régimen de Zona Franca, vital para captar inversión extranjera, y el Régimen Definitivo (donde se desarrollan las actividades agrícolas).
Las cifras dimensionan la dependencia: en 2024, el equipo médico y de precisión representó el 44% de las exportaciones, mientras que el sector agrícola, como un todo, generó poco menos del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) del país.

Dispositivos médicos
Los dispositivos médicos se afianzan como el motor principal de las exportaciones costarricenses, al concentrar el 44% del total en 2024. En la balanza comercial con EE. UU., su protagonismo es aún mayor: representaron el 63% de todos los productos enviados a ese mercado el año anterior.
Las exportaciones de “otros dispositivos de uso médico”, “otras agujas y catéteres, cánula e instrumentos similares” y las “prótesis de uso médico” ocupan los primeros tres lugares hacia EE. UU.
A ellos se suman los “aparatos de electrodiagnóstico” y los “equipos de infusión y transfusión de sueros”, que ocupan la quinta y sexta posición, respectivamente. En conjunto, el sector alcanzó los $5.961 millones en 2024, equivalente al 30% de las exportaciones totales del país hacia todos sus socios comerciales.
El reciente arancel del 15% impuesto por Donald Trump siembra inquietud entre los exportadores, conscientes de la alta dependencia del país de este sector y de los riesgos de competir con naciones como México, que gozará de un arancel del 0% por 90 días adicionales.
De hecho, México es el principal proveedor latinoamericano de dispositivos médicos para EE. UU., seguido por Costa Rica y República Dominicana. A este último país se le aplica solo un 10% de arancel, lo que pone a los dispositivos costarricenses a competir con un mayor castigo arancelario.
Víctor Pérez, presidente de la Cámara de Exportadores (Cadexco), indicó a EF que en esta situación arancelaria el tema complejo para el país está en los dispositivos médicos y su competencia con México.
“Eso claramente podría poner en entredicho nuestra posición con las exportaciones en Estados Unidos y sobre todo con la inversión o las reinversiones que puedan hacer las empresas del clúster de dispositivos médicos en nuestro país”, dijo Pérez.
El empleo también se ve amenazado por la presión arancelaria, que podría restarle atractivo al país para retener y atraer nuevas inversiones. En 2023, las zonas francas generaban 64.871 empleos directos, cifra que podría variar con las recientes salidas de las compañías Qorvo y el Centro de Ensamblaje y Prueba de Intel (del sector de semiconductores).
La firma Deloitte analizó en marzo pasado que en el 2025 se espera una variación anual negativa de 0,3 puntos porcentuales sobre el Producto Interno Bruto (PIB) ocasionado por un enfriamiento en las exportaciones a raíz de la política arancelaria.
Piña
La piña es el segundo protagonista de mayor peso en las exportaciones costarricenses (18%). De hecho, el país es el mayor proveedor mundial de piña.
Específicamente en la relación con EE. UU., la piña equivale a un 8% de los envíos de Costa Rica. El país norteamericano figura entre sus principales destinos, abasteciendo de forma constante las góndolas de supermercados norteamericanos.
“Se puede dar una merma en los volúmenes de compra por parte de las cadenas de los supermercados en Estados Unidos. Ese 5% adicional va a significar mucho a ellos, hay que ver de qué forma también el precio va a llegar al consumidor final”, comentó Abel Salas, presidente de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep).
La piña fresca enviada a EE. UU. representó $712 millones en 2024. Si algo sirve de consuelo para los productores locales ante esta situación arancelaria es que el segundo exportador mundial de piña tiene un 19% de gravamen: Filipinas. Costa Rica también tiene una ventaja geográfica en esta materia al estar más cerca de Estados Unidos.
Banano
Costa Rica es el tercer proveedor de banano para EE. UU., mismo puesto que posee a nivel mundial. Este fruto ocupó un 4% en la relación comercial en 2024.
Ecuador y Filipinas tienen el primer y segundo lugar como proveedores de banano. Sin embargo, el panorama no es tan negativo para los bananeros nacionales, ya que Ecuador también posee un 15% de arancel, mientras que Filipinas se encuentra con un 19%.
Bajo esa diferencia, Costa Rica tiene la oportunidad de aprovechar su ubicación geográfica y ganar terreno frente al país asiático.
Aunque el Régimen Definitivo (donde se desarrollan las actividades agrícolas) aporta más al PIB, su crecimiento es más lento. En mayo registró un alza interanual del 1,9%, frente al 12,3% del Régimen Especial.
Tanto exportadores del Régimen Definitivo como de las zonas francas coinciden en que el nuevo arancel golpeará a ambos frentes. Y será el país, finalmente, el que vea su PIB resentido por una política comercial que aún podría escalar o dar un giro inesperado.