Por acuerdo mayoritario, los diputados terminan este martes 29 de abril el periodo constitucional 2010-2014, un día antes de la fecha que ordenan las leyes, el 30 de abril.
Tras de sí los diputados dejan una estela de 394 leyes aprobadas, según el Departamento de Servicios Técnicos de la Asamblea Legislativa.
No obstante, la estela que dejan los diputados también incluye grandes reformas que fueron incapaces de concretar.
El peso de lo hecho
El diputado Fabio Molina, quien fue jefe de fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) en la legislatura 2012-2013, afirmó que, de ese total, al menos 50 nuevas leyes tendrán implicaciones de relevancia para el país, sin especificar cuáles.
Del total de 394 planes que se convirtieron en ley durante el periodo que termina, 316 (un 80%) se aprobaron en el plenario. En las tres comisiones plenas se aprobaron 78 iniciativas de ley (un 20%).
La legislatura más productiva fue la primera, 2010-2011, con 113 leyes aprobadas.
En el periodo 2011-2012 se aprobaron 93 propuestas de ley, en la 2012-2013 fueron 97 y, hasta el 31 de marzo pasado, la cuarta legislatura contaba con 91 planes aprobados.
Según el Departamento de Servicios Técnicos, el 51% de las leyes (201 en total) corresponde al área de Gobierno y administración, en la que se incluyen planes del sector administrativo, de tarifas municipales, de carácter judicial, contralor y de desarrollo comunal.
Un 11% de las leyes aprobadas, 45 en total, son del área económica, un 13% (50 iniciativas) corresponden al área social, un 23% (90 propuestas) al área de relaciones internacionales, un 2% (6 leyes) corresponden a la temática medioambiental y un 2% a reformas constitucionales.
De las 394 leyes del periodo 2010-2014, 124 corresponden a nueva legislación (32%), 108 a reformas y modificaciones a leyes existentes (27%), 76 leyes aprobadas (19%) correspondieron a autorizaciones de traspasos y donaciones de terrenos del Estado, mientras que 86 iniciativas (un 22% del total) obedeció a convenios y tratados internacionales.
Las deudas
Los números maquillan la principal deuda de los diputados salientes: las grandes reformas que se les encomendaron.
Entre esas iniciativas se cuentan los cambios al Sistema de Banca para Desarrollo, la “Ley de cogeneración eléctrica”, el plan fiscal, las iniciativas para reformar varios códigos con el objetivo de agilizar la administración de justicia y la reforma al Reglamento Interno de la Asamblea Legislativa.
La reforma a Banca para Desarrollo llegó al plenario con la bendición de todos los grupos que durante cuatro años trabajaron una reforma integral. Empero, cayó en desgracia bajo un alud de mociones para frenar su avance debido a que un grupo de diputados defendió que no se gravara a la banca de maletín.
El plan fiscal se aprobó en marzo del 2012 pero, un mes después, la Sala Constitucional detectó errores en su trámite y obligó a retrotraerlo hasta la etapa en comisión, decisión que encontró a un Gobierno ya sin músculo político para sacar avante de nuevo la deuda en materia de reforma tributaria.
En cuanto al aumento de la participación del sector privado en cogeneración eléctrica, los diputados dejaron fenecer el panel especial que debía dictaminarlo sin que el plan pudiera recargarse políticamente.
A pesar del tamaño de ese paquete de legislación pendiente de aval, el ministro de la presidencia, Carlos Ricardo Benavides, afirmó al diario “La Nación” que la agenda del Poder Ejecutivo en materia de proyectos de ley se cumplió en un alto porcentaje.
Para Benavides, la deuda pendiente la encabezan el fallido plan fiscal o “Ley de Solidaridad Tributaria” y el proyecto de ley de cogeneración eléctrica, que permitiría aumentar la participación del sector privado en la generación de electricidad, a través del uso de fuentes renovables.
Benavides rechazó que el Poder Ejecutivo tuviera responsabilidad en el fracaso de ambas iniciativas y, por el contrario, le achacó a la oposición, a la Sala Constitucional y a la prensa la culpa por el mal ambiente que encontraron esas propuestas de ley.