Es claro el horizonte al que aspirarán en el corto plazo las administraciones tributarias del mundo y se ha ido gestando desde el 2013 mediante 15 acciones que van a cambiarle la cara a la fiscalidad internacional.
Cuando nos referimos a BEPS (siglas en inglés para erosión de la base fiscal y la reubicación de utilidades), estamos hablando de aquellas estrategias de planificación fiscal utilizadas por las empresas multinacionales para aprovecharse de las discrepancias e inconsistencias de los sistemas fiscales nacionales y trasladar sus beneficios a países de escasa o nula tributación.
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Este es un problema que ha afectado a muchos países en los últimos años, con casos explosivos de varias compañías que no necesariamente rompían las leyes; sino que aprovechaban la descoordinación entre las normativas fiscales de distintas naciones para eludir impuestos.
Las acciones
Por eso, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) propuso 15 acciones orientadas a combatir estas prácticas, las cuales se han convertido en algo similar a los diez mandamientos para la mayoría de las administraciones tributarias del mundo, incluida la de Costa Rica.
Estas acciones enlistan los principales retos y las metodologías a seguir para subsanar puntos ciegos en el cobro de impuestos, ahora cada país debe definir, por su propia cuenta, la metodología que estaría reflejando la adopción adecuada de estas iniciativas en su normativa local.
El impacto de estas acciones es notable al día de hoy, no solo en países en donde ya se han realizado reformas considerables para alinearse (México), sino también en Costa Rica, donde sus efectos se están haciendo notar en las reformas fiscales que busca realizar nuestro país.
Por ejemplo, el proyecto de ley 20.326 pretende introducir una cláusula antielusiva dentro del Código de Normas y Procedimientos Tributarios y en su preámbulo indica que “en el citado modelo de código se introduce una propuesta de cláusula que fue actualizada con fundamento en una revisión general de esta materia en línea con la lucha contra la planificación tributaria agresiva y BEPS”.
Las 15 acciones se podrían dividir en tres bloques principales, según sea su objetivo.
El primero de estos bloques se enfoca en crear coherencia entre las distintas normativas fiscales, las cuales hasta hoy trabajaban de forma independiente. Con esto se busca evitar que se aprovechen vacíos o contradicciones en distintos ordenamientos jurídicos para beneficio de las empresas transnacionales.
Este bloque no necesariamente afecta los beneficios o exenciones otorgadas por un gobierno y por consiguiente no representaría limitación alguna para las firmas que operan bajo el Régimen de Zona Franca en Costa Rica.
Recordemos que buscan generar coherencia en la aplicación de las normas fiscales, no combatir los beneficios que cada gobierno quiera otorgar.
El segundo bloque pretende asegurar que las operaciones de las empresas tributen según la sustancia de sus operaciones, lo cual implica evitar que las compañías recurran a estructuras artificiales para trasladar su utilidad a lugares en donde la tasa impositiva es menor.
Una de las metodologías planteadas para combatir este problema es la ampliación del concepto establecimiento permanente, dentro del cual se propone la introducción de un establecimiento permanente virtual para quienes están en el comercio electrónico.
Más información
El tercer bloque es quizás el que más se ha implementado en nuestro país y es el de intercambio de información tributaria. Si existiera coherencia en las distintas normativas fiscales y se les exigiera a las empresas contar con una sustancia de negocios, la última pieza del rompecabezas que faltaría es que los gobiernos del mundo puedan contar con información de operaciones fuera de sus fronteras.
Aunque todavía no se ha implementado en Costa Rica, muchas de las empresas transnacionales que operan en el país seguramente se habrán enterado del reporte “país por país”, el cual se implementó en México, Reino Unidos, España y Australia, y forma parte de este bloque.
La acción 13 implica que los contribuyentes tienen que llevar un archivo maestro con información de sus partes relacionadas y generar un reporte de las operaciones de sus filiales. Si la casa matriz de una empresa costarricense está en alguno de los países citados anteriormente, seguramente las operaciones locales han tenido que enviar información para que la holding ubicada en el extranjero pueda cumplir con este reporte.
Las acciones para combatir las BEPS representan un cisma en la fiscalidad internacional, un cambio abrupto y certero en las operaciones de empresas transnacionales y una realidad para Costa Rica y la región.
La OCDE ejerce una gigantesca influencia en nuestro país y es cuestión de tiempo para que la frase “en línea con la lucha a la planificación agresiva y BEPS” sea un requisito introductorio de cualquier reforma fiscal.