El Poder Ejecutivo arranca su tercer año en la Asamblea Legislativa con una baraja de estrategias más reducida y menos promisoria para la aprobación de nuevos impuestos.
Frente a él, se sientan nueve fracciones (con tendencias a la atomización), siete de ellas enlazadas por la promesa de no tocar los proyectos impositivos hasta generar las reformas fiscales estancadas desde hace un año y atentas a mantener la batuta en la Comisión de Hacendarios.
En una mesa llena de expedientes, sin Presidencia en el Congreso o en la Comisión donde se estancan sus principales proyectos de ley, el Poder Ejecutivo se enfrenta también a un escenario electoral cada vez más cercano, y a las promesas de bloqueo parlamentario de los diputados libertarios. ¿Qué cartas le quedan a la Administración Solís-Rivera para aprobar sus proyectos de impuestos?
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La encomienda parlamentaria
"(Mi administración) podrá acabar su mandato sin sufrir grave deterioro como resultado del caos fiscal. Sin embargo, el Gobierno que nos suceda se verá enfrentado con una situación verdaderamente agobiante", anunció el mandatario Luis Guillermo Solís este lunes, acerca de la crisis fiscal que, asegura, enfrentará el país a partir del 2018.
Para el analista Gustavo Araya se trata de una declaración que cede el peso de las reformas fiscales a los partidos políticos que esperan alcanzar la dirección del Poder Ejecutivo en el 2018. En ese sentido, no avizora que el la postura de un operador político tajante como Gobierno, como actor en la mesa de discusión.
"Es una forma de indicar: 'ése va a ser un problema suyo, y la manera de resolverlo es ahora'", menciona.
"Partamos de un hecho cierto", agrega el diputado Rolando González. "El Presidente, en vez de venir a rendir un informe de labores, hizo un discurso enfocado en el futuro. Que, desde ya, hable del próximo gobierno hace pensar que está renunciando a ese mandato en el tema, para navegar en aguas pacíficas", valora.
Para el politólogo Daniel Calvo, las posibilidades del PLN o el PUSC de asumir una nueva presidencia en el Poder Ejecutivo, podrían influir en su posición acerca de las reformas fiscales.
Aunque el PUSC destaca por su oposición a nuevos impuestos en el actual debate, Calvo piensa que la cercanía del periodo electoral podría transformar su postura. "Cuando valore que hay grandes posibilidades de ganar las elecciones, va a tener que variar su discurso", intuye.
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Alianza para el Pacífico, recortes y reglamento
Otras tres estrategias podrían resultar útiles, aunque insuficientes. Para Calvo, el condicionamiento del Presidente a la aprobación de reformas fiscales para el ingreso a la Alianza del Pacífico podría generar nuevas perspectivas en el debate fiscal. Especialmente fuera de la Asamblea, donde grupos empresariales interesados podrían ejercer influencia directa en el Congreso.
La advertencia de una reducción de casi la mitad de las compras públicas en el Presupuesto Nacional del 2017 podría ser otra carta, señala Gustavo Araya, pero poco sustantiva. "Los recortes no afectarían a los sectores para los que el Gobierno tiene una atención especial", agrega, refiriéndose al abastecimiento institucional.
Queda también la posibilidad de aplicar mecanismos de vía rápida, como el artículo 177 para la dispensa de trámites y el adelanto de un primer debate para los proyectos fiscales: difícil técnica que requiere de mayoría en el pleno.
El diálogo: eterna receta parlamentaria
El viceministro de la Presidencia Luis Paulino Mora, no descarta que la situación sea difícil en la Asamblea, pero cree que el margen de acción del Poder Ejecutivo con respecto a proyectos fiscales se mantiene sin mayores cambios.
"Me parece parecido al que hemos tenido siempre", valora. "No ha salido ningún proyecto de otra forma, por más sencillo que sea", comenta.
El viceministro ve factible la aprobación de proyectos relacionados con pensiones, Caja Única del Estado, Impuesto a Sociedades Anónimas y lucha contra el fraude fiscal durante este año. Para ello se requerirá un diálogo proactivo: la misma condición que plantea el Presidente de la Asamblea.
"Diálogo, diálogo, diálogo", repite Álvarez Desanti, actual cabeza del Congreso. "Si el Poder Ejecutivo quiere iniciar la discusión de impuestos, la regla número uno es que pasemos los proyectos de gasto. Hay que aligerarlos".
"Soy optimista", valora Rolando González. "En primer término porque el Presidente cambia radicalmente el tono. Es más prudente, mesurado y conciliador. Eso nos da la esperanza de que hayan mejores vasos comunicantes".