La pobreza en Costa Rica cayó al 15,2% en 2025 en Costa Rica, su nivel más bajo en 15 años, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
El INEC atribuye la mejora a más empleo, estabilidad en los precios y hogares más pequeños; sin embargo, la medición también abrió un debate técnico: los resultados presentan inconsistencias con otras mediciones como la Encuesta Continua de Empleo (ECE), que el mismo instituto produce.
Los resultados del estudio suscitaron todo tipo de reacciones: desde celebraciones gubernamentales hasta críticas por las aparentes discordancias con otros instrumentos.
EF conversó con Eddy Madrigal, vocero de la Enaho, quien explicó los resultados de la propia encuesta que están detrás de la reducción de la pobreza; y también respondió a los señalamientos sobre supuestas irregularidades del estudio.

Los factores
Madrigal explicó que la encuesta arroja tres resultados puntuales que se traducen en la reducción de la tasa de pobreza:
- Los hogares de menos ingresos reportaron trabajar más y recibir más ingresos.
- Las líneas de pobreza que se usan para definir quiénes son pobres y quiénes no son pobres se mantuvieron en niveles muy similares, por la baja inflación.
- Se registraron cambios en la composición de los hogares que dieron como resultado un mayor ingreso per cápita.
Este es el detalle de cada caso:
— Más ingresos
La Enaho se construyó con datos hasta julio de este 2025 y, según explicó Madrigal, identificó varios fenómenos laborales que propiciaron mejorías en los ingresos de todos los hogares.
“Regresaron los aumentos en el sector público y también nos encontramos más personas ocupadas en el mercado. Registramos más personas asalariadas y nos encontramos un incremento muy importante de personas trabajadoras independientes, que probablemente se tradujo en ingreso informal”, señaló.
Puntualmente, la Enaho determinó una tasa de desempleo de solo 5,5% y una tasa de ocupación de 53,1%: mejores que las de 2024 (7,12% y 50,52%, respectivamente).
El vocero del estudio explicó que esos fenómenos se reflejaron en aumentos en el ingreso promedio de los hogares del primer quintil. El ingreso promedio en ese 20% de las familias más pobres experimentó un crecimiento general del 6,8% (alrededor de ¢17.550).
La subida en el ingreso de los hogares más pobres se produjo casi en todas las regiones del país.
Fue de un 20,4% en la región Brunca (¢33.600), de un 8,7% en la región Chorotega (¢18.800), de un 8,2% en la región Central (¢26.500), de un 4,8% en la región Huetar Norte (¢9.800) y de un 2,1% en la región Huetar Caribe (¢4.000); y solo se presentó una disminución del 0,6% en la región Pacífico Central (-¢1.400).
Esos aumentos en el ingreso promedio de los hogares, aunque relativamente pequeños cuando se expresan en colones, le permitió a las personas de varios de esos hogares superar la línea de pobreza.
— Líneas de pobreza
Otro factor que volvió a incidir en la reducción de la pobreza fue, precisamente, que esa “línea de pobreza” volvió a mantenerse en valores muy similares a los del año anterior, por los bajos niveles de inflación que también mide el INEC.
La línea de pobreza se define con base en el costo de una canasta básica alimentaria (CBA), una lista de alimentos e insumos básicos para sobrevivir, cuyo costo es actualizado todos los meses por el Instituto con base en la inflación.
Se entiende que una persona vive en pobreza extrema cuando su ingreso no supera el monto de la CBA y se entiende que vive en pobreza no extrema cuando su ingreso no supera poco más del doble de ese indicador.
Según explicó Madrigal, la estabilidad de los precios en los últimos meses permitió que los montos se mantuvieran casi idénticos en 2024 y 2025. El costo de la CBA para zonas urbanas fue de ¢61.189 y el costo de la CBA para zonas rurales se situó en ¢51.425; es decir, solo crecieron un 0,8% y un 1%, respectivamente, frente al año pasado.
Para ajustar el costo de la CBA, el INEC no utiliza la variación general de la inflación. Emplea específicamente los cambios del Índice de Precios al Consumidor de los bienes incluidos en la canasta.
Madrigal explicó que las variaciones “cercanas a cero” permitieron a las familias más pobres salir más fácilmente de la línea de pobreza, incluso cuando el incremento en sus ingresos fue relativamente pequeño, como ya pasó el año pasado.
“Hace tres o cuatro años vimos un crecimiento por encima del 10%, y regularmente el crecimiento ha sido de entre el 2% y el 3%, pero con los datos actuales es más ‘sencillo’ salir de la pobreza”, señaló.
— Composición de los hogares
Por último, el INEC también identificó cambios en la composición de los hogares que también intervinieron en la reducción de la pobreza.
El número promedio de integrantes de los hogares costarricenses se redujo entre 2024 y 2025, y el número promedio pasó de 3,29 a 3,15 en el 20% de los hogares más pobres.
Dicha situación incide directamente en los números de pobreza, que se mide con base en el ingreso per cápita. Si los hogares mantienen niveles de ingresos similares, pero tienen a menos integrantes, entonces sube ese indicador de ingresos y las personas salen de la línea de pobreza.
El efecto de esa reducción del tamaño de los hogares en el ingreso per cápita es fácilmente observable en algunos casos.
En todas las regiones de planificación, el ingreso per cápita creció a mayor ritmo que el ingreso general del 20% de sus hogares más pobres.
El caso más extremo fue el de la región Pacífico Central. En ella, el ingreso promedio de los hogares del primer quintil de ingreso se contrajo ligeramente en términos generales; pero, como se contabilizaron menos personas por hogar en esas familias, el ingreso per cápita subió un 10,4% y la tasa de pobreza bajó 2,8 puntos porcentuales (a 15,9%),
Según Madrigal, la reducción del tamaño promedio de los hogares es un cambio demográfico que se ha profundizado en los últimos años y que ahora se concentra en mayor medida en los hogares más pobres, que son en los que queda más margen de reducción. En el 20% de los hogares con mayor nivel de ingreso, por ejemplo, el promedio de integrantes ya es de solo 2,3 por hogar.
“Cada vez menos mujeres tienen hijos y cada vez hay más hogares de dos personas que conviven sin tener hijos, y ese fenómeno te da un crecimiento en el ingreso per cápita mucho más rápido del esperado”, explicó Madrigal.
Madrigal ejemplificó la importancia estadística de este fenómeno poniendo como ejemplo un hogar de cuatro personas, en el que hay un único ingreso de ¢200.000. Si en ese hogar hubiese solo tres personas, en lugar de cuatro, el ingreso per cápita pasaría de ¢50.000 a ¢66.600, lo cual representa un incremento del 33% capaz de hacer que se supere la línea de pobreza extrema, aunque sea por poco.
Inconsistencias
Desde la publicación de la Enaho 2025, múltiples actores sociales criticaron que algunos de los resultados del estudio no parecen corresponderse con otras mediciones sobre el desempeño de la economía del país; por ejemplo, la misma Encuesta Continua de Empleo (ECE) que mide el INEC.
Al respecto, Madrigal aseguró que en el INEC reconocen que esas inconsistencias “existen” y que ya se trabaja para identificar el origen de las distorsiones y corregirlo.
El vocero explicó que es normal que los números de una encuesta del INEC no coincidan al 100% con los de otra, porque se realizan por medio de entrevistas diferentes. Sin embargo, reconoció que al menos sus tendencias generales deberían ser las mismas porque están diseñadas para ser representativos de la misma población.
Eso no ocurrió en materia de empleo en este 2025.
Mientras que la ECE hasta julio de este 2025 reportó caídas de 2,7 y 1,9 puntos porcentuales en la participación y en la ocupación laboral; la Enaho reportó subidas de 1,9 y de 1,6 puntos, respectivamente.
Madrigal aseguró que “esa es una crítica válida” y “correcta”, estadísticamente hablando, y subrayó que en el INEC son “los más preocupados”. “¿Por qué pasa esto? No lo sé, pero te puedo decir que no es algo que estemos pensando que sea normal o que tiene que vivirse con eso y ya”, subrayó.
Consultado sobre cuáles medidas tomará el INEC al respecto, Madrigal indicó que el Instituto trabaja para identificar la posible fuente de las inconsistencias y que desde hace varios años ya avanza con el objetivo de unificar las encuestas de empleo y de hogares, bajo una misma muestra y un mismo procedimiento de recolección de los datos. No obstante, también indicó que aún no se pueden dar más detalles.
Las inconsistencias estadísticas plantean un reto de credibilidad para ambos estudios, que son los principales instrumentos en cada una de sus materias.
Pese a las dudas técnicas, el INEC defiende la Enaho como su principal herramienta para medir la pobreza, mientras el Gobierno celebra los resultados como evidencia de gestión social.
Yorleny León, ministra de Desarrollo Humano e Inclusión Social, destacó la expansión de programas sociales como Imas Impulsa, que financia a cientos de emprendimientos en el país, y el aumento en los indicadores de atención ciudadana en los últimos años. Según redactó en sus redes sociales, se han logrado “cosas concretas”.
