Conforme el gobierno de Costa Rica avanza en el proceso para la incorporación del país en el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP, por sus siglas en inglés), crece la preocupación de los productores nacionales que ven este acuerdo de libre comercio como una amenaza para el sector agrícola.
El tratado original, también conocido como Acuerdo Transpacífico, fue firmado en febrero de 2016 por 12 países: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Sin embargo, Estados Unidos se retiró en enero de 2017, a pocos días de iniciar la primera administración de Donald Trump. El mandatario había criticado el acuerdo durante su campaña y se negó a ratificarlo, bajo el argumento de que afectaría a los trabajadores estadounidenses y representaba un “desastre potencial” para su país.
Así, el acuerdo fue ratificado en 2018 por los otros 11 países y posteriormente, en diciembre de 2024, se incorporó también el Reino Unido.

En la actualidad, las 12 economías del Acuerdo Transpacífico representan cerca del 15% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y el 18% del comercio global de bienes en su conjunto. Además, constituyen un mercado de 600 millones de consumidores en cuatro continentes, tal como se destaca en el sitio web del Ministerio de Comercio Exterior (Comex), que lidera las negociaciones para la incorporación de Costa Rica.
Tres de esas economías figuran en el grupo de las siete naciones más poderosas del mundo (G7): Canadá, Japón y el Reino Unido.
Precisamente, este es el principal motivo de la oposición expresada por el sector agrícola costarricense, que acumula siete meses de resultados negativos en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
“La adhesión a este acuerdo dejaría en clara desventaja a los productores nacionales, que enfrentan altos costos de producción y no cuentan con las condiciones necesarias para competir con países que poseen una gran capacidad productiva, amparada con subsidios, bajos costos de mano de obra y economías de escala. Es un acuerdo con el que no tenemos nada que ganar y sí tenemos mucho que perder”, expresó Abel Chaves, segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA).
Según el economista Leiner Vargas, la adhesión a este tratado puede representar una estocada para el debilitado sector agrícola nacional.
¿Oportunidad?
El CPTPP reduce los aranceles y otras barreras comerciales entre sus miembros, además de establecer reglas conjuntas para resolver desacuerdos comerciales, registrar patentes y proteger la propiedad intelectual, entre otros objetivos.
Según lo informó Comex, el país avanzó en su proceso de incorporación durante una reunión con altos oficiales del bloque efectuada en junio en Brisbane, Australia.
“El ingreso de Costa Rica a este acuerdo se mantiene como una prioridad de nuestra gestión en materia comercial, al ser una oportunidad inigualable para seguir diversificando nuestros flujos de comercio exterior y abriendo oportunidades de exportación y generación de empleo”, dijo Manuel Tovar, ministro de Comercio Exterior, mediante un comunicado.
Sin embargo, los productores nacionales consideran que tales oportunidades no existen en el marco del tratado.
Por ejemplo, el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) ha advertido que la adhesión del país al CPTPP provocaría un impacto negativo sobre la competitividad, trazabilidad y sostenibilidad del sector cafetalero nacional, afectando a miles de familias que dependen de esta actividad.
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Mediante un comunicado, el Instituto alertó que la incorporación al CPTPP abriría la puerta a una competencia desleal por parte de países productores como Vietnam, México y Perú, donde los costos de producción son más bajos y no existen los mismos estándares de sostenibilidad y calidad que caracterizan al café costarricense.
Otra preocupación del Icafé se refiere a la forma en que se establecieron las reglas de origen en el marco del tratado.
“En el caso de café tostado, la regla de origen dentro del acuerdo es específica y permite la mezcla de hasta un 60% de café verde no originario de las partes; es decir, que para la producción del café tostado se puede incorporar hasta un 60% de café proveniente de cualquier parte del mundo fuera de Vietnam, México y Perú”, explicó Marco Araya, jefe de estudios económicos y de mercado de Icafé.
Según dijo, esto se convierte en una amenaza para el sector tostador de café de Costa Rica, ya que cuatro de los países integrantes del acuerdo tienen una avanzada industrialización de café: Canadá, Reino Unido, Singapur y Malasia.
De manera similar, la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) ha manifestado que la adhesión al tratado representaría “una sentencia anticipada para la producción nacional de arroz”, que se ha visto afectada por la creciente importación del grano.
“Mientras abrimos más nuestro mercado a importaciones subsidiadas, desplazamos la producción nacional y perdemos nuestra capacidad de alimentar al país con producción nacional”, dijo Mainor Cruz, director ejecutivo a.i. de la corporación.
Añadió que Costa Rica no cuenta con ventajas comparativas en el cultivo de arroz frente a países como Vietnam, que logran producir con costos más bajos, principalmente gracias a los subsidios que reciben.
Por estos motivos, la entidad solicitó a Comex excluir al arroz de cualquier oferta comercial dentro de la adhesión a ese bloque económico.
A estos llamados también se unió la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Piña (Canapep).
“El proceso de adhesión al acuerdo CPTPP se ha realizado sin la participación de los sectores agropecuarios, lo que ha generado desconfianza y falta de transparencia y de ahí, el total rechazo al mismo, a falta de un estudio serio, detallado que muestre los beneficios concretos para el sector agropecuario”, dijo Abel Chaves, quien también es presidente de Canapep.
Sin beneficios
Costa Rica ya ha suscrito acuerdos o tratados de libre comercio con seis de los doce países del CPTPP: Canadá, Chile, Singapur, Reino Unido, México y Perú.
Según Comex, la incorporación al acuerdo brindará condiciones preferenciales a las exportaciones costarricenses en mercados de países con los que Costa Rica aún no tiene tratados comerciales, como lo es Japón, la quinta economía del G7 y principal inversionista de Asia en el país.
Sin embargo, los sectores consideran que, en ese caso, sería mejor suscribir un tratado bilateral con Japón o con esos países por aparte, pues la adhesión al CPTPP implica que Costa Rica debe aceptar todos los términos del acuerdo tal como lo firmaron las partes originalmente.
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“El suscribir un tratado de libre comercio o un acuerdo comercial siempre es beneficioso porque establece nexos entre países que crean oportunidades de negocio, siempre que se cubra con cuidado todas las susceptibilidades de aquellos sectores vulnerables. En el Acuerdo Transpacífico esto no es posible porque se parte de una base de negociación que ya está establecida, la oferta de Costa Rica debe ser igual para todos los miembros, no se pueden solicitar exclusiones y las reglas de origen no son negociables”, explicó Araya.
El Financiero envió consultas al ministro Tovar sobre estos temas, pero al cierre de esta edición no se han recibido las respuestas.