El nuevo presidente estadounidense ya fue vicepresidente y senador y lleva casi medio siglo en la política. Con su llegada a la Casa Blanca, se espera que se reviertan algunas políticas adoptadas por Trump.
Joe Biden se convierte en el presidente número 46 de Estados Unidos en un contexto de dificultades económicas y sanitarias. El nuevo Ejecutivo espera detener o revertir algunos proyectos que impulsó Donald Trump durante su administración.
El manejo de la pandemia y la recuperación económica son solo dos de las tareas más inmediatas que tendrá que enfrentar Biden al llegar a la Casa Blanca. Para ello, ya propuso un plan de vacunación y un programa de rescate económico.
El reconocimiento formal por el Colegio Electoral este lunes de la victoria de Joe Biden ha adquirido un significado inusual este año, por la negativa obstinada del actual presidente Donald Trump de admitir su derrota.
Los resultados de los últimos estados en disputa sugieren que la presidencia de EE. UU. será para el demócrata Joe Biden, lo que deja a Trump y los republicanos sin un segundo mandato. Ahora la incógnita es qué rumbo tomará el partido del elefante y qué rol asumirá Trump.
Durante las últimas horas, el conteo se ha inclinado en favor de los demócratas en Pensilvania y Georgia, dos estados cruciales en este proceso electoral. Solo los 20 votos electorales de Pensilvania serían suficientes para asegurarle a Biden la presidencia.
Dos días después de la jornada electoral EE. UU. sigue en incertidumbre por quién será su próximo presidente. Biden está a solo seis votos electorales de ganar la elección, pero el conteo continúa en algunos estados clave.
“Tras la recomendación de su hospital y de los expertos, el presidente va a trabajar desde las oficinas presidenciales” del hospital militar de Walter Reed “durante los próximos días”, dijo Kayleigh McEnany, portavoz de la Casa Blanca.
Llenan los medios con anuncios de campaña contra Trump y, hasta ahora, parece que esa estrategia les está funcionando.
Esa decisión, que aún puede ser objeto de un recurso ante la Corte Suprema, la más alta jurisdicción de Estados Unidos, forma parte de un procedimiento anterior a la apertura de una investigación parlamentaria que busca la destitución del presidente.