Si la cartera de Conape se vende al Banco Popular tendrá que someterse a las condiciones de amortización que exige la Sugef, aunque los promotores de la idea digan otra cosa y los candorosos deudores guarden un inexplicable silencio.
La medida concebida dentro del diálogo multisectorial que impulsó el Gobierno, provoca un enfrentamiento de posiciones entre la Comisión y el Banco Popular, quien se quedaría con el paquete de créditos, el principal activo de Conape. Aspectos como la liquidez y enventuales perjuicios para los deudores están dentro de la discusión.
Vender la cartera de Conape al Banco Popular generaría un rendimiento del 0,6% del Producto Interno Bruto (PIB), pues su valor es de $400 millones.
Mientras las universidades luchan por mantener su negocio a flote, la cartera de morosidad de la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) crece.
Decidió revertir la decisión de suspender el financiamiento de nuevos préstamos para carreras de posgrado y especialidades en Costa Rica, además de pregrados, grados que tengan un 20% de sus estudios aprobados con el fin de no limitar las colocaciones de préstamos durante la crisis.
Lo que busca la entidad con esta medida es protegerse de un posible deterioro en la morosidad futura.
Las carreras escogidas por la Comisión representan desde un 7% hasta un 100% de la oferta de 39 instituciones.
Los saldos, que a junio de este año registran un saldo de ¢120.980 millones, ¢26.222 millones más que hace tres años, han servido para financiar principalmente a estudiantes de ciencias de la salud, ciencias sociales e ingenierías.
Más de la mitad de sus créditos van destinados para ciencia e innovación
Fondos son préstamos sin desembolsar