Una crisis siempre es un buen momento para revisar la forma en que se trabaja.
La mayoría de las compañías de este tipo no sobreviven a la segunda y tercera generación, ya que afrontan retos en cuanto a capacitación constante y organización; entre otros aspectos
Algunos negocios caen en el error de preguntarse para qué cambiar si están haciendo las cosas bien.