Andrea Centeno asegura que la actual administración buscará dejar el proceso de transformación de Japdeva lo más avanzado posible, pero advierte que hay muchos riesgos en la operación.
El embargo judicial de sus cuentas y la pandemia hacen a Japdeva pedir más recursos para continuar con un proceso de transformación que se cuenta en miles de millones de colones.
El embargo sumaba casi un año en el que se agravó la situación financiera de la Junta y se detuvo el proceso de transformación.
Una operación eficiente y a costos competitivos en la Terminal de Contenedores de Limón es, sin duda alguna, vital para la economía nacional.
Desde la entrada en operaciones de la TCM, Japdeva ha enfrentado cambios y obstáculos: cambio de jerarca, el embargo de sus cuentas y la pandemia han dejado a la entidad caribeña con pocos avances en la reestructuración y en una delicada situación financiera.
Japdeva reporta ingresos mensuales promedio por ¢730 millones y gastos de ¢1.200 millones.
El megapuerto es mucho más que una promesa de eficiencia y abaratar costos, también se vendió políticamente como la mejor ruta para generar empleo, atraer Inversión Extranjera Directa (IED), mejorar la infraestructura, abrir nuevos mercados a las exportaciones.
Las inversiones van dirigidas a una cartera de proyectos en cuatro de los cantones limonenses. Para los dos municipios faltantes ya hay montos aprobados pero se está a la espera de la confirmación de las respectivas municipalidades.
Andrea Centeno, presidenta ejecutiva de Japdeva, considera que esta nueva ofensiva legal para tratar de impedir la liberación de recursos hará más daño a las frágiles y lastimadas finanzas de la entidad.
intrajap inicialmente presentó una solicitud para congelar la cuenta bancaria donde Japdeva recibe el dinero del canon que paga APM Terminals, monto que a la fecha ronda los $21 millones.