El 65% de los productos de H&M que estarán disponibles en el país son hechos con algodón orgánico y materiales reciclados.
Desde cómodos pantalones para correr hasta vestidos de verano, Lea Baecker ha confeccionado la mayor parte de su vestuario en su apartamento de Londres, uniéndose a una comunidad de jóvenes costureras aficionadas críticas con una industria textil que consideran demasiado destructiva.
La sensibilización ante la conservación del medio ambiente, el interés de los consumidores por evitar el desecho y el tener artículos únicos con valor agregado, y el ahorro en precios, han hecho que el negocio del upcycling y el concepto slow fashion tomen un lugar importante en el sector textil del país.
Hace un año, Saint Laurent se convertía en la primera gran marca de lujo en abandonar las Semanas de la Moda de resultas de la pandemia.
La pandemia ha obligado a las marcas de lujo a apostar por las ventas y servicios en línea para llegar al mayor número de clientes, pero este cambio de tendencia imprescindible es peligroso ya que pone en riesgo el aura de exclusividad que caracteriza a este sector.
Un temblor recorre la moda, como si el COVID-19 hubiese sacudido sus cimientos. Cada vez son más las marcas independientes que buscan salirse de un sistema que aseguran las ahoga económicamente, en una carrera imposible con las grandes firmas.
Se cree que las casas de moda tradicionales podrán recuperarse a la crisis producida por el COVID-19. No obstante, preocupan los diseñadores noveles que han invertido muchísimo dinero en la producción de su colección para la presentación en el Fashion Week; quizá no podrán recuperarse si la situación sanitaria no mejora.
Reutilizar prendas y materias primas es una de las opciones para que la industria de la moda busque la sostenibilidad.
St. John es famoso por vestir a mujeres adineradas de mediana edad con vestidos tejidos elegantes y clásicos. En algún momento se dijo que era la marca más redituable de Saks Fifth Avenue. Pero cuando el traje sastre tejido empezó a hacerse menos esencial para el guardarropa de las mujeres, la compañía buscó refugio en Hollywood y, por primera vez en décadas, contrató a celebridades para sus campañas publicitarias.
Peter Nygard, ejecutivo canadiense del mundo de la moda, y Louis Bacon, multimillonario estadounidense dedicado a los fondos de cobertura, protagonizan un pleito de dimes y diretes en las Bahamas.