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La actividad económica de Costa Rica tuvo una variación interanual de 3,9% para el mes de marzo; el primer comportamiento positivo desde hace un año. Así lo señala el más reciente reporte del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
No obstante, el dato está influenciado en gran parte por las afectaciones que se experimentaron en marzo del 2020 con la llegada de la pandemia al país, que generaron una caída pronunciada en la producción ante el cierre de fronteras y comercios. Si bien la producción crece, lo hace en comparación con uno de los meses más difíciles para la economía nacional.
Fernando Rodríguez, economista de la Universidad Nacional (UNA), resaltó que el fenómeno que ocurrió en marzo del año anterior afecta los datos para el mismo mes de este 2021.
“No hemos recuperado el ritmo de la actividad económica que teníamos antes, si no que estamos creciendo en relación al peor momento de la caída”, explicó Rodríguez.
El nivel del índice se ubicó en 101,2, en comparación con un 97,3 en marzo del año pasado. Sin embargo, el nivel en febrero del 2020 se ubicó en 105,6. El valor de este índice parte de 100 en el 2017 como referencia.
Esta es la primera vez que, en el cálculo de la tasa de crecimiento interanual de la actividad económica, los dos meses involucrados (marzo de los años 2020 y 2021) reflejan el efecto económico contractivo derivado de la crisis sanitaria. En los meses anteriores, el Índice reportó números negativos con una mayor afectación en mayo, junio y julio, cuando la actividad económica cayó en 6,9% cada mes según las comparaciones interanuales.
La serie ajustada por estacionalidad registró un crecimiento trimestral anualizado de 5,5%, lo que indica que se mantiene el proceso de recuperación, aunque a un ritmo más moderado en comparación con lo observado en febrero del 2021 (10,1%) y los meses anteriores, según el Banco Central.
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Variaciones positivas
Si se analiza por regímenes, el definitivo o de empresas locales creció en un 1,7%, luego de un periodo de contracción que llegó hasta el -8,6% en julio del 2020; mientras que el régimen de zonas francas tuvo una variación interanual de 13,7%.
De acuerdo con el reporte del Banco Central, el crecimiento de marzo de 2021 se explica principalmente por la mayor producción de la actividad manufacturera que se complementa con la evolución de actividades como minas y canteras, comercio, información y comunicaciones, servicios financieros, servicios empresariales y de apoyo a empresas, y los servicios de enseñanza y salud. Todas esas actividades registraron variaciones positivas respecto al mismo periodo del año previo.
Por el contrario, en industrias como la agropecuaria, la construcción, los servicios de transporte y almacenamiento, hoteles y restaurantes, persiste la contracción que inició en marzo de 2020 como consecuencia de la pandemia por COVID-19.
Cuando se analizan los niveles de actividad económica, se evidencia que, en la industria agropecuaria, la construcción y el conjunto de servicios, el nivel de actividad a marzo del 2021 es inferior al observado en periodos previos a la crisis. Estas actividades aún presentan tasas de variación negativas incluso si se compara con marzo del año anterior y en mayor magnitud en la actividad de hoteles y restaurantes.
Ese último rubro cayó para el tercer mes de este año en un -18,5% respecto al mismo periodo del 2020; ese mes la contracción alcanzó un -59%. Esta actividad cayó a niveles que alcanzaron el 60,5% en julio del año anterior y continúa contraída.
Rodríguez recordó que al menos en la mitad de marzo del 2020 el país no recibió turistas ante el cierre de las fronteras aéreas y el comercio nacional —incluyendo el sector de alojamientos y servicios de comida— empezó a verse afectado.
Por otro lado, industrias como la manufactura y el comercio muestran una recuperación más fuerte, toda vez que su nivel de actividad es mayor en marzo de 2021 que en febrero del 2020 (periodo previo al inicio de la crisis económica causada por la COVID-19). Por lo tanto, el crecimiento interanual a marzo en estas actividades refleja, más allá del efecto base, un claro dinamismo.
Específicamente, la manufactura presenta tasas de variación positivas desde setiembre del 2020, mientras que el comercio muestra tasas positivas a partir de febrero del 2021.
Para llegar a un nivel similar de producción al que se encontraba Costa Rica en meses como enero y febrero del 2020, Rodríguez calcula que el IMAE debió tener una variación interanual de poco más del doble que reportó en marzo.
