El mensaje brindado por el presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Rodrigo Cubero, se materializó y el tipo de cambio mostró un margen más amplio de fluctuación en el arranque del noveno mes del año.
Una mayor volatilidad llegó después de un amplio periodo de estabilidad en el precio de la divisa, pero lejos de sorprender al mercado, le sumó credibilidad a la autoridad monetaria al ser consecuente con su discurso.
“En tiempos recientes, el tipo de cambio se ha mantenido relativamente estable y eso le da cierto nivel de confianza a los agentes económicos, pero, tiene también consecuencias negativas. (…) Tenemos que ir introduciendo grados mayores de flexibilidad, de forma paulatina, y ese es el objetivo”, explicó Cubero a EF en una entrevista realizada 17 días después de que asumiera el mando del Central.
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Casi al mismo tiempo, el tipo de cambio empezó a subir de escalones, lo que preocupó a muchos deudores no generadores (que deben dinero en dólares, pero reciben su salario en colones).
En tan solo cinco días de setiembre, el precio de la divisa aumentó en ¢8,36, según el precio promedio del Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
En este comportamiento incidieron, más allá del discurso de Cubero, otros elementos que le inyectaron valor al precio del dólar.
Sin embargo, fue en medio de esas presiones cuando quedó claro que el BCCR asumió con más ímpetu que en cualquier momento la tarea de dejar que el tipo de cambio fluctúe, eso sí, sin que esto se traduzca en un riesgo.
Las intervenciones para la estabilización cambiaria estuvieron presentes en los días en los que hubo presiones al alza en el indicador, aunque sin evitar que el tipo de cambio subiera.
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¿El ajuste del dólar es sano para el mercado?
El precio del dólar puede ajustar hacia el alza o hacia la baja, y lo que el Central buscará es dejar que siga su comportamiento, pero sin que se den subidas abruptas que puedan generar un riesgo para el sistema financiero.
La mayor parte de las deudas en dólares están en manos de los no generadores de divisas.
El ajuste reciente es solo uno de los muchos que podrían asomarse próximamente con el fin de que la población internalice el riesgo cambiario y siga la infaltable recomendación financiera: “endéudese en la moneda en la que recibe su ingreso”.
¿Es positivo que el BCCR piense en darle una mayor flexibilidad al dólar? “Se va a dar un ajuste y en el fondo es sano”, afirmó Alberto Trejos ex ministro de comercio exterior y economista.
Ahora, qué tan volátil pueda ser y hacia dónde girará la brújula de las presiones cambiarias dependerá del comportamiento del mercado.
Lo que quedó claro es que el BCCR utilizará sus reservas monetarias, cuando sea necesario y los movimientos del dólar presenten riesgos para el sistema financiero.
El holgado nivel de reservas se lo permitirá.
En adelante, se espera que el Central permita una mayor volatilidad del tipo de cambio y utilice en menor medida las reservas, respecto al pasado, sin permitir una gran depreciación, afirmó el economista, Luis Mesalles.
El comportamiento reciente del dólar
El 5 de setiembre, el tipo de cambio promedio del Monex registró una depreciación de 2,9% en el precio del dólar, respecto al nivel en el que inició el 2018. Además, en comparación con el año previo, el colón se devaluó 1,4%.
El dólar subió de valor en la segunda mitad de agosto y desde ese momento, mostró incrementos que no habían sido vistos en el resto del año.
Entre la mitad de agosto y el 5 de setiembre, el precio del dólar subió ¢10,28.
La mayor parte de esa subida se dio en los primeros días del noveno mes.
En tan solo cinco días de setiembre, la divisa pasó de costar ¢578,25 a ¢586,61 (una diferencia de ¢8,36), según el precio promedio del Monex. Luego de este brincó, el 6 de setiembre rompió la tendencia al alza y bajó ¢2,75 en un solo día.
Antes de esto, el último movimiento que asustó a la población fue el de mayo del año pasado, cuando el dólar llegó a ¢595, tras una subida de ¢17,74 en una semana.
En ese momento, el mercado mostraba apetito por divisas, principalmente por parte del sector privado.
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Sin embargo, el comportamiento reciente obedece a otros factores.
Agosto es un mes en el que el tipo de cambio tiende a aumentar, mientras que en setiembre usualmente baja por el pago de impuestos y obligaciones relacionadas al cierre fiscal.
Además, las ventanillas de los bancos mostraron superávit de dólares, pero en la segunda mitad de agosto se observó una mayor venta que compra de dólares por parte de las entidades.
Esto está relacionado con un mayor incentivo de los ahorrantes por guardar dinero en dólares, pero también con una época del año en la que hay menor disponibilidad nea de divisas.
El premio por invertir en moneda nacional (la diferencia entre el rendimiento ofrecido por invertir en colones, respecto a los dólares) pasó de un margen de ganancia de 2,24 a 1,72 puntos porcentuales, entre agosto y la primera semana de setiembre.
Un cambio regulatorio estaría también jugando un papel importante.
Desde junio, el BCCR incorporó una comisión de 0,7% por cada transacción y con tal de evitar ese costo, algunas instituciones financieras comenzaron a comprar y vender entre ellas. Esto suma iliquidez.
En la actualidad, hay incentivos para que el dólar gane valor. Mucho de esto está relacionado a una Reserva Federal que sube las tasas de interés, explicó Adriana Rodríguez, gerente senior de Estudios Económicos de Scotiabank.
En la otra acera, las tasas en colones también quieren mantener su atractivo, mientras el Gobierno presiona por las necesidades de captación de recursos.