El Banco de Costa Rica y el Banco Nacional se reparten el 60% del total de bonos del Ministerio de Hacienda en manos de los bancos públicos y privados del país.
A noviembre del 2017, según datos del Ministerio de Hacienda y del Banco Central, el Banco de Costa Rica tenía el 33% (¢703.840 millones) del total de títulos del Gobierno, mientras que el Banco Nacional mantenía el 27% (¢576.615 millones), clasificándose como los principales tenedores de deuda del sistema bancario nacional.

La tercera mayor participación la tenían los bancos privados, que son 12 en total y se reparten el 28% de lo que tiene colocado el ministerio de Hacienda en deuda interna en los bancos públicos y privados, que es un total de ¢2,1 billones.
Sin embargo, hay otros participantes del mercado de deuda que también manejan cifras importantes.
Segmentación de la deuda
El saldo de Hacienda es de ¢11,5 billones a noviembre del 2017, que es 45% más del saldo a diciembre de hace dos años (2015). Por su parte, la porción de la deuda que mantiene el sistema bancario nacional es 24% más grande que la que tenía al cierre del 2015.
De ese monto, la mayor porción la obtuvo el sector privado, que incluye a los fondos de pensión y de inversión, y a otros tenedores particulares, con ¢4,8 billones (41,7%).
Empero, se debe tomar en cuenta que los fondos de inversión y sobre todo los de pensión, son por naturaleza los principales tenedores de deuda de Hacienda, en un mercado poco líquido como el costarricense.
Estos últimos son los únicos que superan al sistema bancario nacional en tenencia de deuda.
Otros sectores como el sector financiero no bancario y el sector público no financiero mantenían ¢1,4 billones y ¢1,8 billones en deuda interna, respectivamente.
Las inversiones en títulos a principios de este año representaban el 30% del activo productivo del Banco de Costa Rica y el 25% del activo productivo del Banco Nacional, en el mismo período, de los cuales, una alta proporción de esas inversiones son títulos de Hacienda.
Una de las principales explicaciones de esta situación es que los bancos públicos, por su naturaleza, son los mayores tenedores de colones del sistema financiero nacional, por lo que sus requerimientos hacen que los títulos de Hacienda y el Banco Central sean los ideales por ser los más líquidos del mercado.
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Un escenario diferente se presenta en los bancos privados, donde el principal negocio son los préstamos en dólares; por lo que sus inversiones son en su mayoría en instrumentos líquidos en dólares, especialmente de origen internacional.
Adicionalmente, los bancos tienen que cumplir aspectos regulatorios, como el cálculo del Indicador de Cobertura de Liquidez, que obliga a las entidades más conservadoras, como los públicos a tener parámetros más estrictos de estimaciones.
Aun así, la proporción es alta y resulta particularmente llamativa ante el panorama de incertidumbre que tiene el Ministerio de Hacienda mientras sigue intentando negociar una reforma fiscal y tratando de sostener el elevado déficit y la deuda del país con emisiones de deuda interna, ante la imposibilidad de colocar en el exterior.
En términos absolutos, el saldo de la deuda es ¢3,4 billones más que en el 2015 y ¢1,9 billones más de lo registrado al cierre del 2016.
En cuanto al sistema bancario nacional, a noviembre del 2017 el saldo era ¢214.489 millones más que lo consignado en el 2016 y ¢413.411 millones más que en el 2015.
¿Cuál es el riesgo?
Según Gustavo Vargas, director general de finanzas del Banco Nacional, el nivel de riesgo de los bonos del gobierno se puede determinar de dos formas.
Por un lado, se tiene el riesgo que le asignan las calificadoras y el impacto que eso representa en el consumo de capital de los bancos y la segunda forma es el riesgo de impago propiamente, que se da cuando el Gobierno no cuenta con los recursos para pagar la deuda a los tenedores de bonos.
“El nivel de riesgo que asignan las calificadoras no ha variado, pero sí su perspectiva. Esto podría significar una reducción futura de calificación. Si esto ocurre, el consumo de capital de la deuda que tienen los bancos locales en moneda extranjera aumentaría, con el consecuente impacto en la suficiencia patrimonial” afirmó Vargas.
Sin embargo, admite que no prevén la posibilidad de impago de Hacienda, siempre que el Gobierno siga acudiendo al mercado interno a colocar deuda.
Por su parte, el Banco de Costa Rica, reconoce que mantiene una "comunicación constante" con la Tesorería Nacional y sus planes de acción en cuanto a la gestión de deuda, lo que les permite saber si podrán cumplir o no sus obligaciones financieras.
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Pese a esto, no todos los participantes coinciden con lo anterior.
Para Mauricio Aguilar, Director de Riesgo Corporativo del Banco Popular, aseguró que en general los portafolios de inversión sí han experimentado un mayor nivel de riesgo de mercado, producto del ajuste de las tasas y además, se ha incrementado la amenaza para la liquidez.
Para equilibrar estos efectos, el Popular ha optado por compensar el riesgo con participación en instrumentos de Tesoro Directo, que también son emitidos por Hacienda, al buscar instrumentos más líquidos y reducir la duración de las inversiones en esos valores.
Si se compara el cierre del 2016 con el último dato disponible del 2017, el Popular ha bajado su porción de inversiones en deuda interna en ¢73.249 millones, una reducción del 22% en la participación.
Por otro lado, el Banco Nacional y el Banco de Costa Rica, aumentaron su participación en el 2017, con respecto al 2016.
El Nacional incrementó su porción de deuda interna en 44% con respecto al cierre del 2016 y el Banco de Costa Rica, la aumentó en 17,5%.
Para el economista Alberto Franco, es conveniente una mayor diversificación de inversionistas.
Pese a esto, incluso el sector privado ha aumentado su participación en tenencia de deuda interna.
A diciembre del 2015, el sector privado tenía ¢2,9 billones en deuda interna y a noviembre del 2017, el monto ascendió a ¢4,8 billones.
Lo que quiere decir que entre el 2015 y el 2016, el sector privado aumentó su tenencia en un 63%.
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