En el complejo tablero de la economía global, pocas entidades ejercen una influencia tan vasta y a la vez discreta como las Big Four. Este término se refiere a las cuatro firmas de servicios profesionales más grandes del mundo: Deloitte, PricewaterhouseCoopers (PwC), Ernst & Young (EY) y Klynveld Peat Marwick Goerdeler (KPMG).
Juntas, forman una oligarquía en el sector de la auditoría, la consultoría, el asesoramiento fiscal y legal, con una facturación combinada que supera los 200.000 millones de dólares anuales y una presencia que se extiende a más de 150 países.
Originalmente conocidas como las “Ocho Grandes”, una serie de fusiones a lo largo de las últimas décadas del siglo XX y el colapso de Arthur Andersen en 2002 tras el escándalo de Enron, redujeron el grupo a las cuatro potencias que conocemos hoy.
Su función principal es auditar las cuentas de la inmensa mayoría de las grandes empresas que cotizan en bolsa, proporcionando una verificación crucial para la confianza de los inversores y el correcto funcionamiento de los mercados.
Sin embargo, sus servicios se han expandido mucho más allá, abarcando desde la consultoría estratégica y tecnológica hasta la gestión de crisis y las transacciones corporativas.
El origen de cada una de las Big Four
La historia de cada una de las Big Four es un intrincado tapiz de ambición, adaptación y, sobre todo, consolidación.
Sus raíces se hunden en el siglo XIX, en plena Revolución Industrial, cuando la necesidad de una contabilidad rigurosa se hizo imperativa.
Deloitte: El pionero de la auditoría
La firma más antigua y, actualmente, la mayor por ingresos, tiene sus orígenes en 1845, cuando William Welch Deloitte abrió su propia oficina de contabilidad en Londres.
Deloitte se ganó una reputación de integridad y fue la primera persona en ser nombrada auditor independiente de una empresa pública, la Great Western Railway.
La expansión internacional comenzó en 1890 con la apertura de una sucursal en Nueva York.
A lo largo del siglo XX, la firma creció a través de fusiones clave, destacando la unión en Estados Unidos con Haskins & Sells en 1972 y, de manera decisiva, con Touche Ross en 1989, lo que dio lugar a la creación de Deloitte & Touche.
La estructura global actual, Deloitte Touche Tohmatsu, se consolidó en 1993, reflejando la unión de diversas prácticas a nivel mundial.
PwC: La unión de dos potencias atlánticas
PricewaterhouseCoopers (PwC) nació de la megafusión de dos de las “Ocho Grandes” en 1998: Price Waterhouse y Coopers & Lybrand.
Ambas firmas poseían una rica herencia. Price Waterhouse fue fundada en Londres en 1849 por Samuel Lowell Price, a quien se unió Edwin Waterhouse en 1865.
Por su parte, Coopers & Lybrand es el resultado de la unión en 1957 de Cooper Brothers (fundada en Londres en 1854 por William Cooper) y la firma estadounidense Lybrand, Ross Bros. & Montgomery (establecida en 1898).
La fusión de 1998 creó un coloso en el sector, combinando la fuerte presencia de Price Waterhouse en el mercado corporativo con la sólida base de clientes de Coopers & Lybrand.
En 2010, la firma acortó su nombre comercial a simplemente PwC.

EY: Forjada en la alianza angloamericana
La historia de Ernst & Young (EY) es también una crónica de fusiones transatlánticas.
Sus raíces se encuentran en dos firmas fundadas a principios del siglo XX en Estados Unidos: Arthur Young & Co., creada en Chicago en 1906 por el contable escocés Arthur Young, y Ernst & Ernst, fundada en Cleveland en 1903 por los hermanos Alwin C. y Theodore Ernst.
Ambas firmas crecieron rápidamente y establecieron alianzas con despachos británicos.
El paso definitivo hacia su configuración actual se dio en 1989, cuando Arthur Young & Co. y Ernst & Whinney (la entonces forma de Ernst & Ernst tras una fusión previa) se unieron para crear Ernst & Young.
En 2013, la marca fue simplificada a EY, como parte de un esfuerzo de reposicionamiento global.
KPMG: Un legado europeo de consolidación
El nombre de KPMG es un acrónimo que representa la unión de sus cuatro firmas fundadoras principales: Klynveld, Peat, Marwick y Goerdeler.
La fusión principal que dio origen a la firma moderna tuvo lugar en 1987, cuando Peat Marwick International (PMI) y Klynveld Main Goerdeler (KMG) decidieron unir sus operaciones. Peat Marwick Mitchell, fundada en 1925, era el resultado de la fusión de William Barclay Peat & Co. (Londres, 1870) y Marwick, Mitchell & Co. (Nueva York, 1897).
Por otro lado, KMG se había formado en 1979 por la alianza de la firma holandesa Klynveld Kraayenhof & Co. (fundada en 1917), la estadounidense Main Lafrentz y la alemana Deutsche Treuhand-Gesellschaft, bajo el liderazgo de Reinhard Goerdeler.
La unión de estas dos grandes federaciones en 1987 creó la primera megafirma de servicios profesionales de la era moderna.
Hoy, las Big Four no solo auditan el mundo corporativo, sino que también lo asesoran, lo reestructuran y, en muchos sentidos, lo moldean.
Su historia es un reflejo de la evolución del capitalismo global, una saga de consolidación que las ha posicionado en el epicentro de la economía mundial.