Una gran redada a la búsqueda de trabajadores indocumentados acabó con 475 detenidos, en su mayoría surcoreanos, en una planta de baterías de Hyundai-LG que se está construyendo en el estado sureño de Georgia, dijo el viernes un funcionario estadounidense.
El presidente Donald Trump ha prometido llevar a cabo la mayor campaña de deportaciones en la historia de Estados Unidos.
La operación se llevó a cabo el jueves y fue consecuencia de una “investigación penal sobre denuncias de prácticas laborales ilegales y graves delitos federales”, dijo Steven Schrank, agente especial del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) en Atlanta.
“De hecho, esta fue la mayor operación en un solo sitio en el historial de investigaciones de Seguridad Nacional”, afirmó Schrank en una conferencia de prensa.

Corea del Sur expresó su “preocupación y pesar” por la redada ante la embajada de Estados Unidos en Seúl y exhortó a Washington a respetar los derechos de sus ciudadanos.
“Las actividades económicas de nuestros inversionistas y los derechos e intereses legítimos de nuestros nacionales no deben verse injustamente vulnerados en el curso de la aplicación de la ley en Estados Unidos”, dijo a los periodistas el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores surcoreano, Lee Jae-woong.
Schrank dijo que los 475 detenidos en la planta de la empresa conjunta Hyundai Motor-LG Energy Solution en la localidad de Ellabell estaban “presentes ilegalmente en Estados Unidos” y “trabajando de forma ilegal”.
“Había una mayoría de ciudadanos coreanos entre los 475”, afirmó.
En Seúl, una fuente familiarizada con el asunto dijo a la AFP que alrededor de 300 ciudadanos surcoreanos habían sido detenidos.
Schrank declaró que no podía dar un desglose de cuántos de los arrestados en la planta, destinada a suministrar baterías para vehículos eléctricos, estaban empleados por Hyundai, LG o eran subcontratistas.
“Mensaje claro”
Los detenidos fueron puestos a disposición del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) para una posible expulsión, afirmó.
“Estamos enviando un mensaje claro e inequívoco de que aquellos que explotan a nuestra fuerza laboral, socavan nuestra economía y violan las leyes federales rendirán cuentas”, dijo.
Corea del Sur, la cuarta mayor economía de Asia, es un fabricante clave de automóviles y productor de electrónica, con múltiples plantas en Estados Unidos.
Las empresas surcoreanas han invertido miles de millones de dólares para construir fábricas en Estados Unidos con el fin de acceder al mercado estadounidense y evitar las amenazas arancelarias de Trump.
En un comunicado, Hyundai dijo que estaba “monitoreando de cerca” la situación en la obra de Georgia y “trabajando para comprender las circunstancias específicas”.
“Al día de hoy, es de nuestro conocimiento que ninguno de los detenidos está empleado directamente por Hyundai Motor Company”, señaló la empresa.
En tanto, LG Energy Solution indicó que estaba “recopilando todos los detalles pertinentes”.
“Cooperaremos plenamente con las autoridades relevantes”, agregó.