El presidente Donald Trump advirtió el domingo a las empresas extranjeras que deben cumplir la legislación estadounidense después de que más de 300 trabajadores surcoreanos fueran arrestados en una planta de baterías de Hyundai-LG que se está construyendo en el estado de Georgia.
El allanamiento tuvo lugar el jueves pasado en una fábrica de baterías para autos eléctricos de Hyundai y LG, actualmente en construcción en Ellabell, estado de Georgia, en el sureste de Estados Unidos. Un total de 475 personas fueron detenidas.
Según las autoridades estadounidenses, fue la mayor redada realizada en un solo lugar en el marco de la campaña antiinmigración impulsada por el mandatario republicano.
La planta afectada forma parte del complejo manufacturero Metaplant America, que representa la mayor inversión individual en la historia del estado de Georgia con $12,6 mil millones comprometidos, según datos de la propia Hyundai.
El proyecto conjunto entre Hyundai Motor Group y LG Energy Solution incluye 8.500 empleos programados para 2031, posicionándose como el desarrollo económico más significativo del estado sureño.

“Por favor, respeten las leyes de inmigración de nuestra nación”, escribió Trump en las redes sociales.
“Sus inversiones son bienvenidas, y los alentamos a que traigan LEGALMENTE a su gente muy inteligente (...) Lo que pedimos a cambio es que contraten y capaciten a trabajadores estadounidenses”, añadió.
Imágenes de la redada publicadas por las autoridades estadounidenses mostraron a trabajadores detenidos, esposados y con cadenas alrededor de los tobillos subiendo a un autobús de transporte de reclusos.
Trump basó su campaña presidencial en la promesa de expulsar a millones de inmigrantes irregulares de Estados Unidos, y ha tomado una serie de medidas para acelerar las deportaciones desde que regresó a la Casa Blanca en enero.
Devueltos a su país
Los más de 300 ciudadanos surcoreanos arrestados en la redada migratoria serán liberados y devueltos a su país, anunció el domingo temprano el gobierno de Corea del Sur.
El operativo sorprendió a las autoridades de Seúl, pero el jefe de gabinete del presidente Lee Jae Myung dijo el domingo que su gobierno ya acordó con Estados Unidos la liberación de los trabajadores.
La empresa LG Energy Solution indicó el sábado que del total de detenidos, 47 personas (46 surcoreanos y un indonesio) son empleados directos de la empresa y unos 250 empleados de subcontratistas, la mayoría surcoreanos.
Hyundai informó el viernes no tener conocimiento de que alguno de los detenidos estuviera “empleado directamente” por la empresa.
Trump respaldó la labor del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). “Diría que eran extranjeros ilegales y que el ICE solo estaba haciendo su trabajo”, declaró al ser consultado por periodistas el viernes.
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Según el gobierno de Trump, algunos de los arrestados habían cruzado la frontera de Estados Unidos de forma irregular, otros habían llegado con visas que les prohibían trabajar o habían excedido la duración de sus visas de trabajo.
El incidente interrumpió las operaciones de construcción del proyecto de inversión coreana, una de las más grandes en Estados Unidos.
La planta de baterías representa un componente crítico de la estrategia de electrificación automotriz estadounidense y del compromiso de Hyundai de invertir $26 mil millones en manufactura estadounidense. Este anuncio de inversión lo hizo la compañía apenas la semana anterior a la redada.

Corea del Sur, la cuarta mayor economía de Asia, es un importante fabricante de automóviles y de productos electrónicos, y tiene múltiples plantas en Estados Unidos.
En julio, Seúl se comprometió a invertir $350.000 millones en territorio estadounidense tras las amenazas arancelarias de Trump, quien busca revivir el sector manufacturero en Estados Unidos.
Los conglomerados surcoreanos comprometieron $150 mil millones en nuevas inversiones en territorio estadounidense como parte de acuerdos comerciales bilaterales.