
De los 1.500 colaboradores que debían salir de Intel con el cierre de su planta de manufactura, el 13% (200 personas) ya encontró nuevo trabajo dentro de la misma corporación.
Según Karla Blanco, directora de Asuntos Corporativos de la empresa, unos 60 empleados obtuvieron posiciones en subsidiarias ubicadas fuera de Costa Rica, principalmente en Estados Unidos.
El resto fue absorbido por las 200 nuevas posiciones que la compañía abrió justo al momento del anuncio del cierre de la planta, para apoyar sus divisiones de Centro de Servicios Globales y de Ingeniería.
Blanco confirmó que el despido del personal se estará realizando en tres etapas. La primera ola de 150 despidos se dio hace algunas semanas, y la expectativa es que el grueso de salidas se lleve a cabo en diciembre, cuando la empresa produzca su última línea de microprocesadores electrónicos en Costa Rica.
Asimismo, la semana pasada, Intel organizó la primera feria de trabajo con cerca de 30 empresas interesadas en contratar los servicios de los trabajadores que serán despedidos en los próximos meses.
Procter & Gamble, HP, Arthrocare, Hospira, Oracle, Amazon, Banco Promerica y Deloitte destacan entre algunas de las compañías que participan del proceso.
De hecho, hay dos firmas brasileñas que ya están haciendo entrevistas para importar dicho talento a su país de origen.
“En los últimos años, Intel Costa Rica ha invertido $5 millones anualmente en capacitación de colaboradores. Por eso, el talento es tan atractivo para estas empresas”, dijo Blanco.
Oportunidad para emprender
Luego de una reunión sostenida el 8 de abril entre personeros de Intel y el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, la corporación impulsó un programa para fomentar el emprendimiento entre los trabajadores despedidos.
Según Karla Blanco, la iniciativa fue una solicitud expresa de Solís, la cual consistió en diseñar un proceso de capacitación para quienes quieran invertir en sus propios proyectos.
Una encuesta realizada entre los 1.500 colaboradores, detectó que 300 tenían interés de realizar emprendimientos propios. En una segunda etapa, más de 100 participaron de talleres de sensibilización impartidos por Intel y organizaciones como Yo Emprendedor, Startup Weekend y la Cámara de Industrias.
La idea es que a finales de este año se presenten los planes de negocio más sobresalientes y se realicen rondas de levantamiento de inversión.
Por otra parte, el Gobierno y la empresa acordaron recientemente sustituir su actual centro de innovación por uno de apoyo y capacitación a mipymes, basado en un modelo que la multinacional ya aplica en Guadalajara, México.
Desensamblaje en proceso
Al igual que el cese de empleados, el desmantelamiento de la planta de manufactura de la corporación se realizará en tres etapas.
La primera fase ya inició e implicó el traslado de parte de la maquinaria a las sedes de Intel en Asia.
La idea es que el proceso continúe de esa manera y que otros elementos sean donados a colegios técnicos locales y a otras instituciones que califiquen como receptores de este tipo de donaciones.
Para lograrlo, el nivel de producción se irá reduciendo paulatinamente, pues la fábrica pasará de generar casi 2 millones de unidades en promedio por semana a las 400.000 que serían producidas en diciembre próximo.
Otro de los pasos que implica el cierre de la planta es la centralización del resto de unidades de negocio en el terreno que posee la compañía en Belén de Heredia.
En el último trimestre del año, se trasladarán las 300 personas que laboran en el centro de oficinas Ultrapark como parte del equipo de recursos humanos y tecnologías de información.
Entretanto, el personal que aún labora dentro de la Zona Franca América (Centro de Servicios Globales) llegaría a la sede central hasta el próximo año (no se ha definido una fecha).
Por otro lado, Blanco no prevé un impacto significativo en la mayoría de sus proveedores a excepción de los encargados de transporte y embalaje plástico.