La inteligencia artificial (IA) dejó de ser una promesa futurista para convertirse en un imperativo de negocio. Hoy impulsa eficiencia, innovación y crecimiento, pero también plantea nuevos desafíos. Así como las organizaciones la adoptan para protegerse, los ciberdelincuentes la están utilizando para perfeccionar sus ataques.
Este tipo de amenazas pueden evadir muchos filtros tradicionales, lo que exige defensas igualmente inteligentes. Las herramientas deben ser capaces de identificar patrones de comportamiento, señales de infraestructura y contexto que revelen la intención maliciosa. Ya no se trata solo de analizar el código, sino también cómo se comporta, a quién apunta y cómo se entrega.
Lo más preocupante es que los atacantes están utilizando IA generativa para redactar correos convincentes, con lenguaje empresarial y estructuras que imitan comunicaciones legítimas. Incluso emplean redirecciones tipo CAPTCHA para evadir la detección y ocultan scripts maliciosos en archivos HTML o SVG.
Lo positivo en este contexto es que la tecnología para enfrentar estos desafíos ya existe; las organizaciones que decidan actuar con visión pueden adoptarla. Las soluciones de seguridad impulsadas por IA no solo protegen, sino que aprenden y evolucionan junto con el entorno digital. Esto permite mantener el ritmo de la innovación sin comprometer la confianza de los clientes ni la integridad de las operaciones.
Como líderes, debemos velar por que nuestras empresas sean capaces de reaccionar y protegerse ante amenazas en constante evolución. La recomendación es clara: adoptar una arquitectura Zero Trust, la cual no solo es una decisión técnica, sino una estrategia de resiliencia organizacional. Este enfoque permite reducir el riesgo de amenazas, proteger los activos críticos, cumplir con normativas internacionales y modernizar el entorno de trabajo.
La realidad es que la ciberseguridad es hoy un tema para abordarse desde juntas directivas. Las amenazas potenciadas por IA no son solo problemas de TI, pueden interrumpir operaciones, dañar reputaciones y erosionar la confianza del cliente. Por ello, invertir en protección inteligente debe considerarse una prioridad estratégica. Las soluciones que detectan y responden en tiempo real se están convirtiendo en esenciales, no opcionales.
La IA seguirá transformando el panorama empresarial, en Costa Rica y a nivel mundial, y debemos asegurarnos de que se utilice de forma responsable, no solo para impulsar la innovación, sino también para protegerla. El auge de las amenazas impulsadas por IA es una llamada de atención: nuestras estrategias de ciberseguridad deben evolucionar, y esa evolución comienza con un liderazgo informado.

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La autora es gerenta país Microsoft Costa Rica; directora del Segmento de Empresas Corporativas, Medianas y Pequeñas Microsoft Centro América y Caribe.