Opinión

El rostro del desempleo y la informalidad

Sin seguro médico ni garantías laborales, mal viven el presente, mientras avizoran un futuro hipotecado al no poder cotizar para una pensión

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Julia cerró su soda, con la cual pagaba los gastos, el alquiler y el préstamo de la motocicleta para pedidos a domicilio. Fernando cerró su tienda. Ni la venta del inventario alcanzó para liquidar empleados y proveedores. En estos y muchos casos, hay hijos o padres a cargo, alquiler de casa, gastos, deudas. Leerlo es fácil; vivirlo no.








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