Se aproximan elecciones para el directorio legislativo. El primer año una amplia coalición le dio la presidencia a Rodrigo Arias.
Luego de casi un año de actividad, la correlación de fuerzas entre partidos ha cambiado y los acuerdos parecen más complicados.
Aparte de desencuentros entre las diversas fuerzas y la difícil curva de aprendizaje parlamentario del gobierno, las dificultades residen en las fisuras que empiezan a presentarse en los partidos.
El oficialista, PPSD, parece dividirse entre chavistas y los dirigidos por Luz Mary Alpízar.
El PUSC presenta dos tendencias visibles, una liderada por Vanessa Castro y la otra por la jefa de fracción.
El PLN muestra brechas entre varios grupos, relacionadas con liderazgos tradicionales o con focos de poder municipal.
EL PLP ha revelado desacuerdos entre Feinzaig y la estructura partidaria.
Nueva República ha permanecido unida en alianza con el gobierno; sin embargo, los hermanos Prendas dejaron el partido.
El FA no presenta fisuras, pero se aferra a ser oposición al gobierno y probablemente no lleguen a acuerdos para así diferenciarse.
La reelección de Rodrigo Arias es posible, pues ha jugado un papel moderador en las confrontaciones del presidente con los diputados. Arias insiste en la necesidad de aprobar proyectos país. Empero tendrá que enfrentar reclamos de un sector de su fracción por supuesta complacencia con el gobierno chavista.
No se puede descartar una coalición nueva, surgida de sectores afines a Zapote, aunque tendrían que tejer acuerdos muy finos, entre actores con agendas muy diversas.