Hace unas semanas me hicieron dos preguntas poderosas: ¿Cuáles son los atributos fundamentales de un líder? ¿Si son estos los atributos que debería tener nuestro próximo presidente, o si tomando en cuenta los retos que enfrenta nuestro país, hay otros que agregar?
Primeramente, debemos reflexionar sobre la relevancia de la decisión que vamos a tomar en febrero. ¡Estamos escogiendo a la persona que tomará las decisiones más importantes para nuestro pueblo durante cuatro años!
Una buena elección nos permitirá dar un salto cualitativo en la dirección correcta: impulsarnos sobre nuestras fortalezas y oportunidades e implementar soluciones a nuestros principales retos. Por el otro lado, una mala decisión nos podría costar muy caro, pues podrían significar cuatro años de estancamiento y hasta de retroceso.
A la primera pregunta mi respuesta fue contundente: un líder tiene tres características fundamentales:
1) Integridad: esta es particularmente la más importante de las tres, pues a lo único que no podemos renunciar los costarricenses es a tener un o una presidente íntegro(a).
2) Visión: es fundamental que este líder tenga una lectura precisa de los retos que afronta Costa Rica y tenga una visión clara de hacia dónde debemos avanzar.
3) Inspiración: lo que diferencia a un líder de las personas comunes es su capacidad de inspirar a otros a seguirlo(a) para hacer realidad su visión.
Estos tres atributos son fundamentales en nuestro futuro gobernante, pero considerando los retos actuales del país, yo me atrevería a agregar tres adicionales:
1) capacidad para integrar un equipo de excelencia
2) habilidad para trabajar y hacer alianzas con los demás sectores de la sociedad (empresas y ONGs)
3) destreza de comunicar asertivamente.
Honremos la dicha que tenemos de haber nacido y vivir en un país democrático. Utilicemos la sabiduría colectiva para elegir a la persona con mayores atributos de liderazgo pero sobretodo, con la mayor fortaleza ética.