Opinión

¿Necesitamos la crisis?

Hay que pasar la reforma fiscal y luego seguir con una solidaria y bien pensada reforma del Estado que reduzca el número de instituciones, programas y funcionarios públicos

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Terminé mis estudios de administración en junio de 1982. Ingresé a trabajar con un salario que a los pocos meses se había reducido drásticamente en su poder adquisitivo pues el colón era una moneda sometida a altas tasas de inflación y constante devaluación.








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