Pese a los programas de las diversas entidades bancarias y de las instituciones de apoyo a microempresas, hay segmentos que se quedan excluídos y que lo resienten particularmente en coyunturas como las actuales.
Grameen Costa Rica es una organización sin fines de lucro que brinda financiamiento para emprendedoras en condición de alta vulnerabilidad económica y social, especialmente de zonas rurales.
Se trata de microcréditos productivos a mujeres, la mayoría de las cuales no cuentan con historial bancario, garantía disponible ni experiencia en negocios.
Al ser una entidad financiera sin fines de lucro y con recursos limitados, Grameen no puede ofrecer períodos de gracias masivos a las beneficiarias, la mayoría de las cuales es altamente impactada por la crisis del COVID-19.
“No tenemos un músculo financiero como el que tienen las entidades financieras más grandes del país”, dijo Douglas Reynolds Walsh, gerente general de Grameen Costa Rica.
El ejecutivo agregó que este tipo de iniciativas no están contempladas en los programas de otras instituciones estatales ni en la banca de segundo piso, lo cual limita las posibilidades para aportar más recursos a este segmento.
Cómo funciona
El objetivo de entidades como Grameen es brindar financiamiento y adicionalmente capacitación en emprendimiento y acompañamiento en negocios.
El acompañamiento se realiza mediante visitas quincenales a los centros comunitarios, donde reúnen a las beneficiarias con el fin de crear redes de negocios entre ellas mismas.
Actualmente la entidad cuenta con 400 centros comunitarios.
El financiamiento va desde ¢100.000 a ¢1,5 millones para capital semilla, el cual permite a la emprendedoras invertir en su negocio y generar ingresos para su familia.
Las mujeres deben contar con documento de identidad, historial razonable y hacer la inscripción en el centro comunitario, pues son las otras integrantes del grupo las que la aceptan y aprueban el préstamo.
La iniciativa ha beneficiado así a 5.500 mujeres, la mayoría de áreas rurales.
“En nuestro caso, vamos a los estratos más vulnerables de la sociedad, personas de baja escolaridad, mujeres jefas de hogar y con necesidad concreta en crear un negocio inicialmente de subsistencia”, agregó Reynolds.