
La productividad de sus empleados no solo depende de qué tantas horas laboren o de cuán brillantes sean, sino también de su salud física y emocional.
Existen diversos estudios que relacionan la productividad laboral con una buena alimentación y realización de ejercicio físico por parte de los empleados.
Según un estudio dado a conocer en el 2011 por el Journal of Occupational and Enviormental Medicine, investigadores de la Universidad de Estocolmo y del Instituto Karolinska, en Suecia, dividieron a trabajadores del campo de la salud dental en tres grupos: al primero se le daba dos horas y media a la semana (dentro de su jornada) para ejercitarse; el segundo estaba conformado por trabajadores que tenían ese mismo tiempo libre, pero lo podían utilizar como quisiesen; el tercero reunía a trabajadores quienes cumplían su jornada normal, sin ningún descanso adicional.
Si bien todos los grupos aumentaron su productividad, aquellos que realizaban ejercicio percibían que trabajaban mejor y también se ausentaron menos al trabajo. Esta es tan solo una ilustración de lo que puede lograr la promoción del deporte en una empresa.
Pero, no lo vea solo como un beneficio para aumentar sus ganancias, sino como una forma de mejorar el trabajo en equipo y las relaciones entre los compañeros de trabajo, lo cual hará que los trabajadores estén más satisfechos.
A veces se cree que para incentivar hábitos saludables hay que realizar inversiones cuantiosas de dinero, pero los cambios que se requieren son muy sencillos.
EF consultó a una nutricionista y a un profesor de Educación Física sobre qué ideas pueden implementar las empresas para promover la salud de sus empleados.
Estas son algunas de ellas:
Incorpore cápsulas informativas de promoción de la salud en su negocio.
Alonso León Mena, coordinador de proyectos de la Dirección de Promoción Recreativa Regional del Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), recomendó incluir “cápsulas informativas” sobre la importancia de realizar deporte, ya sea por medio de carteles que se peguen en las paredes y baños, correos electrónicos, distribución de folletos o brochures o, incluso realizar charlas cortas –de diez minutos, por ejemplo- en las que se les recuerden a los trabajadores por qué es importante que se ejerciten.
Según León, en la información que se brinde, se deben enunciar los efectos negativos de no realizar deporte, pero también se debe hacer énfasis en los beneficios.
“El problema en nuestro país es que nadie se detiene a explicarle a las personas por qué es importante realizar actividad física, nada más les dicen: ‘haga ejercicio, porque si no se va a engordar y, si se engorda, se enferma', siempre se habla de la parte negativa.
“Se trata de no solo explicar la parte clínica, sino también mencionar por qué es importante realizar actividad física dentro de la empresa: porque fortalece los nexos entre las personas, mejora el ambiente laboral, la gente empieza a conocer los gustos y preferencias de los demás compañeros”, manifestó León.
Brinde espacios dentro de la jornada laboral para que los trabajadores se relajen y se muevan.
Silvia Quesada Portilla, nutricionista del Centro de Nutrición Larisa Páez, mencionó que hay algunas actividades en las que los trabajadores pasan sentados o en una posición sedentaria, por lo que pequeños gestos como permitirle al trabajador levantarse y estirarse, pueden mejorar su salud.
“Por ejemplo, tratar de incentivar que la fotocopiadora esté un poco más lejos del escritorio, para que el trabajador se tenga que levantar y se mueva”, dijo Quesada.
En un artículo del 2003 del boletín informativo de la Red Mundial de Salud Ocupacional de la Organización Mundial de la Salud, se menciona el caso de una empresa informática de Singapur, que realizó una serie de mejoras en materia de salud ocupacional, tras escuchar las sugerencias de sus empleados.
Dentro de su programa, se promovía que cuando los trabajadores se dirigiesen a la cafetería, utilizaran las escaleras para incrementar su actividad física. Es algo muy simple, pero que resultó beneficioso.
Organice actividades recreativas y deportivas antes, durante o después del trabajo.
León, quien es profesor de Educación Física, sugirió organizar a los trabajadores para que 15 minutos antes del trabajo realicen pequeñas caminatas.
También se pueden realizar torneos deportivos, convivios, actividades recreativas o incluir juegos tradicionales en los que participen todos los empleados, no solo los que cumplen con el “estereotipo de atleta”, es decir, que sea lo más inclusivo posible.
“Hay muchas personas a las que usted les habla de ejercicio y se 'desinflan', porque creen que el ejercicio es ir a un gimnasio, eso implica dinero, un cierto, físico, usar ropa de marca, porque todos esos conceptos están estereotipados.
“La gente asocia el deporte solo con personas altamente preparadas y eso no es cierto, puede ser deporte recreativo para que las personas disfruten y no que estén obligadas y preocupadas de que no tienen las cualidades (físicas) para realizar deporte”, expresó León.
Quesada propuso crear clubes deportivos dentro de la empresa. Por ejemplo, clubes de corredores, de caminantes y salir cada cierto tiempo a hacer deporte en conjunto.
Promueva meriendas saludables y el consumo de agua.
La nutricionista también propuso incentivar a los empleados a consumir alimentos saludables, como meriendas que incluyan frutas, yogurt y galletas altas en fibra y con poca azúcar.
Además, poner a disposición de los colaboradores agua para que estén consumiendo, ojalá cerca de donde está su espacio de trabajo.
Premie a los trabajadores que hacen esfuerzos por mejorar su salud.
Quesada formuló que cada año se pueden realizar concursos, con la capacitación de profesionales, en las que se incentive a los empleados a perder peso.
Como premio a quienes tengan mejores resultados, se les pueden dar objetos ligados al deporte como tenis o, si la empresa cuenta con suficientes fondos, brindar recompensas económicas.
Si tiene presupuesto, contrate profesionales que trabajen directamente con sus empleados.
Tanto Quesada como León, coincidieron en que si una empresa dispone de recursos económicos, puede contratar a profesionales en la salud y expertos en preparación física que diseñen programas para mejorar la salud de sus trabajadores.
Se pueden realizar charlas mensuales de nutrición, programas para bajar de peso, financiar un porcentaje o totalmente la cuota de gimnasio de sus trabajadores y, si se tiene soda dentro de la empresa, incluir menús saludables.