El gobierno de Donald Trump anunció este viernes 15 de mayo una serie de medidas que buscan dejar fuera del mercado global de semiconductores al grupo de telecomunicaciones chino Huawei, considerado por Washington como una amenaza para la seguridad nacional.
"Este anuncio bloquea los esfuerzos de Huawei para eludir los controles de exportación de Estados Unidos", dijo el Departamento de Comercio en un comunicado.
Según funcionarios estadounidenses, Huawei ha logrado sortear sanciones anteriores de Washington recurriendo a proveedores de chips y componentes en otras partes del mundo, pero que son fabricados con tecnología estadounidense.
El texto agregó que pondría el foco, específica y estratégicamente, en la adquisición de semiconductores por parte de Huawei que sean producto directo de ciertos programas informáticos y tecnologías estadounidenses.
La empresa china, especializada en telecomunicaciones, ha estado bajo extrema presión de Washington.
El gobierno estadounidense, con su cabildeo, ha conseguido que aliados en todo el mundo eviten los equipos desarrollados por Huawei en nombre de la seguridad, en un contexto de guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Período de gracia
Las medidas son las más recientes apuntan contra el gigante tecnológico chino, uno de los principales fabricantes de teléfonos celulares del mundo.
Huawei también proveedor de equipos de infraestructura de telecomunicaciones, que según EE. UU. ha incurrido en el robo de secretos industriales y asistido a Pekín en tareas de espionaje.
La firma rechaza esas acusaciones y niega sus lazos con el gobierno chino.
Las sanciones contra la empresa han tensionado aún más la relación comercial entre las dos potencias.
Para el secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, la triangulación a la que recurre Huawei para eludir las restricciones es inaceptable.
“Así no es como se comporta un ciudadano corporativo global responsable”, dijo Ross.
Agregó que, incluso cuando Huawei intenta desarrollar sus propios componentes para contrarrestas las sanciones, ese esfuerzo aún depende de tecnologías estadounidenses.
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Según el Departamento de Comercio se otorgará un período de gracia de 120 días antes de que entren en vigor estas nuevas reglas.
Vencido ese plazo, cualquier chip que tenga como destino Huawei o sus empresas afiliadas tendrá que obtener una licencia de exportación.
Un funcionario del Departamento de Estado, que participó de una teleconferencia de prensa sobre las nuevas sanciones, dijo que no necesariamente impiden que Huawei obtenga estos componentes.
Sin embargo, la licencia permite a Washington un control sobre el destino de esas tecnologías.
"Uno no debería apresurarse a sacar conclusiones sobre cuál será el impacto", dijo ese funcionario.
La Casa Blanca anunció el año pasado que incluyó a Huawei en una lista negra que le impide tanto comprar componentes clave como operar en el mercado estadounidense, aunque ha ordenado una serie de prórrogas para permitir que empresas de EE. UU. que trabajan con Huawei se puedan ajustar a esa prohibición.
Este viernes la prórroga se extendió otros 90 días, pero el gobierno dijo que es poco probable que vuelva a extenderse en el futuro.
Washington ha puesto en marcha varias políticas para impedir que Huawei desarrolle redes de telecomunicaciones inalámbricas de quinta generación (5G) en EE. UU. y sus países aliados, alegando que esos sistemas son claves para la seguridad.
En un anuncio paralelo, el gobierno de EE. UU. anunció que el gigante taiwanés de los chips electrónicos TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Corporation), el gran proveedor de Apple, invertirá $12.000 millones en una nueva fábrica en EE. UU.