La importancia de celebrar los pequeños avances

“Los primeros en llegar revisan el tiempo que hicieron y celebran solo si logran su hazaña de mejorarlo o de llegar en mejor condición que la última carrera en la que duraron lo mismo o esas cosas... Nosotros, los late runners, [corredores tardíos] celebramos el hecho de haber llegado. ESA es nuestra hazaña y la celebramos como tal”, contó.

Y no se trata de hacer una oda al conformismo; se trata de sentirnos orgullosos de nuestros propios logros. Si no celebramos los pequeños logros de fitness (alzar 2.5L más que antes; haber ido 3 veces al gym en vez de 2 esta semana; terminar la clase y no salirse a la mitad....), “terminamos el entrenamiento sintiéndonos realmente agotados en lugar de rejuvenecidos”, dice la psicoterapeuta Jodie Cariss, fundadora de la plataforma de terapia Self Space.

Esta no es solo la opinión desde el punto de vista psicológico. De hecho, cuando reconocemos un logro y lo celebramos, se activa el centro de recompensas del cerebro, liberando dopamina, el químico que nos hace sentir bien, lleno de energía y satisfecho.

“Una vez que empieces a reconocer tus logros, estarás más motivado para volver a sentirte así. Se ha demostrado que registrar el progreso, incluso de forma pequeña, aumenta la confianza en uno mismo. Pero también lo prepara para continuar alcanzando sus metas en el futuro”, dicen los especialistas de Bande Fitness.

Este principio de progreso se alinea con lo analizado por investigadores de Harvard Business Review.

“El poder del progreso es fundamental para la naturaleza humana (...) Cuando pensamos en el progreso, a menudo imaginamos lo bien que se siente lograr una meta a largo plazo o experimentar un gran avance. Estas grandes victorias son geniales, pero son relativamente poco comunes. La buena noticia es que incluso las ganancias pequeñas pueden impulsarnos”, señalan.

Y así como la motivación y el sentirse bien pueden lograr progreso, un deterioro de las percepciones y la frustración pueden conducir a estancamientos o incluso, retrocesos.

Por eso, mejor celebrar cada logro, por más pequeño que parezca, para favorecer un círculo virtuoso de movitación y ejercicio que pueda desembocar en un hábito saludable, en vez de contar los fallos, frustraciones y retrocesos.