La ruta hacia el liderazgo

Agradecer y obsequiar: una reflexión sobre la urbanidad en el trabajo

Dar las gracias exige una dosis de humildad, porque se es capaz de reconocer algo grande en lo que es pequeño: se necesita ponerse al nivel de la otra persona

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Hace algunos años escuché a un filósofo decir que la palabra “gracias” se expresa cuando se recibe algo que no se merece. Por ejemplo, cuando una persona hace un favor, lo razonable es agradecerle, porque no es una estricta obligación suya, sino un acto de generosidad. De forma similar, en el mundo de los negocios se reciben favores a diario, tanto de personas que están a cargo, como de jefes y directivos. A pesar de ello, es poco frecuente escuchar la palabra “gracias” o expresiones de gratitud que expresen el aprecio por eso que se recibe.








Roy Campos

Roy Campos Retana

Roy es doctor en Gobierno y Cultura de las Organizaciones. Es asesor en procesos de capacitación corporativa, para áreas como negociación, ética, trabajo en equipo, estrategia e innovación. Es profesor de la Escuela de Negocios de la UCR y autor del libro "Integridad 24/7: ¿cómo liderar siempre?”.

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