Históricamente, se ha dicho que trabajar en el sector público implica recibir un mejor salario que en la empresa privada, y esa afirmación tiene algo de cierto, pero también es algo inexacta al mismo tiempo.
Sí, es más probable recibir un mejor sueldo en el sector público que en el privado; pero también es cierto que en el sector público hay menos puestos de empleo disponibles y que, aunque en menor medida, también se pagan remuneraciones bajas dependiendo del puesto.
Estas conclusiones se desprenden de las bases de datos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), cuya Área de Estadística dispone de las escaleras salariales por sector institucional y rama de actividad económica. Los últimos datos disponibles tienen corte hasta junio de 2024.
Según esta información, hasta un 58% de los trabajadores de la empresa privada ganan salarios menores de ¢500.000; mientras que solo un 21% lo hacen en las instituciones autónomas y un 18% en el Gobierno Central.
Pero los trabajos en las instituciones públicas son relativamente pocos: solo un 22% del total de los trabajadores asalariados (sin contar independientes e informales).
La distribución salarial
Las estadísticas de la CCSS se basan en la información del Seguro de Salud, al cual están adscritos 1,5 millones de trabajadores, aproximadamente. Eso implica que estos datos, además, muestran la situación en el sector formal de la economía y de patronos que están inscritos en el país.
Estos datos permiten llegar a una conclusión sencilla: sí, el sector público tiene una escalera salarial más atractiva, pero es más pequeña porque son menos trabajos los disponibles. Mientras, el sector privado ofrece una cantidad porcentual alta de salarios bajos, pero también una gran cantidad neta de salarios altos (aunque no son proporcionalmente tantos como en el sector público).
Por ello, es más probable tener un buen salario en el sector público que en el sector privado, aunque existen muchas más probabilidades de trabajar en el sector privado que en el sector público.
LEA MÁS: Los salarios del Gobierno, la Asamblea y la Corte: véalos y compárelos
Para entender mejor ese fenómeno, basta con analizar las cifras de dos maneras: primero, como porcentajes; luego, como cifras nominales.
Si vemos los porcentajes, entonces es posible decir que hasta un 44% de los empleados de las instituciones autónomas y hasta un 49% de los empleados del Gobierno Central ganan más de ¢1 millón mensuales, pero esa proporción cae a solo un 15% en la empresa privada.
Sin embargo, si vemos los datos como cantidades concretas, entonces vemos que en la empresa privada se pagan más salarios superiores a ¢1 millón mensuales.
El 15% que gana más de ¢1 millón mensuales en el sector privado representa cerca de 170.000 remuneraciones; mientras que el 46% de salarios que superan esa barrera en las instituciones de gobierno y del Estado solo representa apenas unos 150.000.
Esto tiene sentido si se contempla que la empresa privada ofrece hasta 3,5 salarios en por cada remuneración que se paga en el sector público.
Algo similar ocurre si se analiza el caso de los salarios particularmente altos. En ese campo, la empresa privada paga 7.200 salarios de más de ¢5 millones; mientras que las instituciones autónomas solo 1.558 y el Gobierno Central otros 235.

Las razones
Recibir un mejor salario depende de múltiples factores. En la ecuación participan cuestiones que van desde el nivel educativo, la experiencia laboral o las habilidades especiales requeridas para el puesto, hasta los riesgos adheridos a las funciones, el estado de la industria específica que contrata al trabajador o la capacidad de negociación salarial del empleado y de sus representantes gremiales.
Estos factores, entre otros, también son los explican por qué en Costa Rica los sueldos del sector público —instituciones autónomas y Gobierno Central— son mejores que los de la empresa privada.
Por ejemplo, se sabe que los puestos en el sector público suelen estar principalmente enfocados en labores más especializadas. Es un asunto de “estructura ocupacional”, según explicó la economista Estefany Alfaro.
“Mientras que en el sector privado hay una concentración muy alta de empleo en comercio, construcción, transporte o servicios generales (con bajos niveles de escolaridad promedio), en las instituciones autónomas y en el gobierno central predominan los puestos profesionales y técnicos”, explicó. “Esto eleva no solo el salario base, sino también el acceso a incentivos por título, responsabilidad, y experiencia acumulada”.
Esto mantiene las distancias aun cuando recientemente se aprobaron reformas que establecieron límites permanentes y temporales a las remuneraciones del sector público, como la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9.635) y la Ley Marco de Empleo Público (10.159), los cuales han contenido su crecimiento.
LEA MÁS: Salarios e impuesto de renta: ¿cuántos asalariados tributan y cuántos están exentos en Costa Rica?
Además, Alfaro planteó otros motivos por los cuales la estructura salarial en el sector público es más atractiva, aunque más chica. Entre ellos, la existencia de beneficios salariales y de una mayor capacidad de negociación colectiva en las instituciones públicas o del Estado que en las privadas, donde históricamente ha habido bajos niveles de sindicalización.
“Muchas instituciones autónomas cuentan con sindicatos fuertes y convenios colectivos vigentes”, explicó la investigadora de la Universidad de Costa Rica. “Esto les permite negociar mejores condiciones en salarios, jornadas, vacaciones y pluses (...) En la empresa privada, en cambio, la sindicalización suela ser más baja y muchas personas trabajan sin representación gremial alguna”.
Por último, la economista también apuntó hacia otras dos direcciones: una, que las instituciones públicas tienen financiamiento público y esto les permite actuar con menos incertidumbre a la hora de tomar decisiones como el costo de sus planillas; y, otra, que en el sector público también predominan los contratos indefinidos con una “protección laboral fuerte”.
Para Alfaro, la diferencia público-privada a nivel salarial tiene un impacto directo en las percepciones sociales, pues lo público se asimila como “privilegiado”. Sin embargo, ella señala que toda esta información también permite observar “matices” y ver deficiencias en la empresa privada, más allá de solo ventajas en el sector público.
“No se trata de que todas las personas ganen lo mismo, sino de que exista equidad en el acceso a las oportunidades”, opinó. “La solución no está en bajar salarios del sector público, sino en mejorar las condiciones del sector privado; en impulsar la formalización, fortalecer la educación técnica, profesionalizar el empleo en servicios y comercio, fomentar la sindicalización donde sea posible y ampliar los programas de bienestar laboral en la empresa privada”, subrayó.