Washington. El déficit comercial de Estados Unidos volvió a ahondarse en septiembre, bajo el efecto de un saldo negativo récord con China, pese a los aranceles que la administración de Donald Trump ha aplicado para atenuarlo.
Según el informe del Departamento de Comercio divulgado este viernes, el déficit de bienes y servicios trepó 1,3% al situarse en $54.000 millones, por encima de las proyecciones de analistas, que esperaban una cifra de $53.400 millones.
El rojo comercial se registró debido a un alza del 1,5% en las exportaciones, a $212.600 millones, pero con importaciones igualmente crecientes (+1,5%), a $266.600 millones.
En particular, el déficit de productos con Pekín (+8,8%) alcanzó su nivel más alto en la historia, con $37.400 millones.
Este saldo negativo sin precedentes para Estados Unidos con China se registra en medio de una guerra comercial entre ambos países a golpe de aranceles, que ha provocado inquietud en la economía mundial.
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No obstante, el presidente Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, anunciaron el jueves una reanudación del diálogo y una probable reunión a fin de mes para tratar de resolver el espinoso asunto del comercio.
En septiembre, los consumidores estadounidenses optaron particularmente por ropa, juegos y teléfonos del gigante asiático, mientras que las empresas han adquirido más computadoras y accesorios de informática, así como equipos de telecomunicaciones y motores de aviones civiles.
En el acumulado desde principios de año, el déficit comercial estadounidense registra un aumento de 10,1%, para situarse en 445.160 millones, indicó el Departamento de Comercio.
En cuanto a las exportaciones del sector aeronáutico civil, uno de los sectores claves de la economía estadounidense, el informe arrojó un aumento de $1.200 millones, las ventas al exterior de alimentos y bebidas bajaron $1.000 millones.
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Asimismo, las exportaciones de soja disminuyeron nuevamente, castigadas por el conflicto comercial entre Washington y Pekín, principal comprador de la soja estadounidense. China impuso aranceles adicionales al producto en represalia por los gravámenes aduaneros de Estados Unidos a los bienes chinos.
El presidente de Estados Unidos exige que China ponga fin a las prácticas comerciales consideradas “injustas”, y pide a Pekín abrir más su mercado a los productos estadounidenses, así como que ponga fin a la “transferencia forzada de tecnologías” y a los subsidios de ciertas industrias estratégicas.
Si bien las discusiones han estado estancadas durante meses, el inquilino de la Casa Blanca dijo el jueves haber tenido una “muy buena conversación” por teléfono con su homólogo chino.
Por su parte, Xi Jinping se dijo “muy contento” de haber hablado de nuevo con Trump y afirmó que le da una “gran importancia a las buenas relaciones con el presidente” estadounidense, según la agencia oficial china Xinhua.
Xi también dijo que desea encontrarse con Trump en la cumbre del G20 en Buenos Aires entre el 30 de noviembre y 1° de diciembre, aunque aún no ha sido confirmado un encuentro bilateral en el marco de esa cita.
Según la agencia de noticias Bloomberg, Trump ha pedido a altos funcionarios de su administración que desarrollen un texto para un acuerdo comercial con China, en la perspectiva de esta reunión.
Consultado por la AFP, el Departamento de Comercio no respondió en forma inmediata.
Washington y Pekín agudizaron su disputa comercial en mayo después de una breve tregua. Al no encontrar un compromiso, los dos gigantes se han impuesto aranceles recíprocos adicionales que afectan a bienes por cientos de miles de millones de dólares, generando temores sobre el crecimiento de la economía mundial.