Con un programa de ajuste fiscal en camino, quien asuma la Presidencia el próximo mes de mayo deberá priorizar sus acciones para mantener la confianza de los mercados.
La confianza se puede crear desde el primer instante en que interactuamos con alguien y la clave para acelerar la confianza es establecer una base firme.
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) registró una cifra de 38,9 puntos en noviembre (en una escala de cero a 100), lo que refleja pesimismo hacia la economía nacional.
El entorno político en el que ya comenzó a sumergirse Costa Rica afecta no solo la percepción de los inversionistas en sí, si no que se materializan también el precio de sus bonos.
Consumidores se mantienen negativos en cuanto a política económica y capacidad de compra.
Aunque hubo disminución del índice, la caída no pesó lo suficiente para alcanzar los bajos niveles de confianza que se mantenían en trimestres anteriores por la pandemia.
El indicador cayó 3, 2 puntos porcentuales (p.p) lo que refleja pesimismo e incertidumbre en la población costarricense. Por cada consumidor optimista hay cinco pesimistas.
El presidente del Banco Central de Costa Rica, explicó que el aumento en la confianza de los agentes económicos es fundamental para la recuperación económica del país, porque incide en el consumo y la inversión.
Todo lo que se haga en las organizaciones para aprovechar las oportunidades de la tecnología, como la inteligencia artificial y el 5G, abre múltiples riesgos, por eso el principio debe ser “cero confianza”.
La reapertura controlada y regulada, el fomento del turismo, la menor restricción vehicular sanitaria son algunas de las medidas que promovieron un incremento de la confianza en 8,4 puntos.