La confianza en los partidos ha desaparecido no solo en Costa Rica sino en las democracias representativas en general, como consecuencia del aumento en las oportunidades de expresión ciudadana.
La indecisión es más alta que nunca a menos de dos semanas de las elecciones, y las personas que tomarán su decisión a última hora apuntan a ser decisivas.
Una tercera parte de las personas con intención de voto cambiaron su postura de cara a las elecciones de febrero. Existen nuevos decididos, nuevos indecisos y votantes que movieron su respaldo a otros candidatos.
Menos de la mitad de los cibernautas políticamente activos en las redes antes del 4 de febrero pasado, siguen a los dos candidatos que disputan la Presidencia: tan solo lo hacen 327.000 personas.
El costarricense actualmente es más cambiante y se decide de forma más pragmática