La nueva emisión de bonos soberanos de Costa Rica enfrentará un escenario de tasas de interés diferente del de las dos colocaciones anteriores.
En el mercado internacional, específicamente en Estados Unidos, existe la expectativa de aumento en los rendimientos para este año, lo cual tendría que incrementar el rendimiento que Costa Rica debe pagar por sus nuevos bonos.
Las deudas soberanas de países emergentes salen ligadas a los rendimientos presentes en los bonos del Tesoro estadounidense, por lo tanto, si la tasa de este sube, también lo harán la de los eurobonos costarricenses.
La referencia en el mercado es el bono del Tesoro a diez años plazo.
Condiciones actuales
En noviembre del 2012, cuando salió el primer eurobono autorizado por la Ley 9070, fue a un interés para su cupón de 4,25% para diez años plazo. Esa cifra representó, en ese momento, un premio sobre el título del Tesoro de 2,59 puntos porcentuales.
Si se asume esa distancia porcentual como un mínimo y que el nuevo bono sea a diez años, Costa Rica debería emitir en este momento con un cupón de 5,38%.
Sin embargo, la matemática para los rendimientos no es tan simple como sumar los porcentajes de diferencia.
Según Douglas Montero, gerente de mercado internacional del puesto de bolsa Mercado de Valores, Costa Rica podría dar en sus nuevos bonos un interés similar al que dio para el que tiene vencimiento en el 2023.
La economía estadounidense mantiene un crecimiento moderado que no demandará aumentos en tasas de interés y también los inversionistas recuperaron las confianza sobre las inversiones de países emergentes, la cual habían perdido en el 2013 con la consecuencia de un aumento considerable en las tasas.
Según las proyecciones de Montero, si el nuevo bono es a diez años, podría ubicarse con un cupón entre 4,62% y 4,75%.
Todo depende de que las tasas suban después de hacer la emisión, la cual se realizaría en mayo próximo.
Adriana Rodríguez, directora de estrategia del Grupo Aldesa, considera que Costa Rica terminará pagando un mayor diferencial en sus tasas porque a nivel mundial todos los instrumentos de economías emergentes pagan un premio mayor.
Además, dijo, el país enfrenta la situación de que el nivel de deuda del Gobierno es mayor del que había en noviembre del 2012.
En criterio de Rodríguez, luego de la crisis económica europea, los inversionistas prestan más atención al comportamiento de los gastos y de los ingresos de las naciones, y en el caso costarricense los primeros muestran un aumento acelerado en los últimos dos años.
No obstante, aún existen puntos a favor. Uno de ellos consiste en que las calificadoras de riesgo internacionales no han variado sus opiniones sobre Costa Rica.
Ese fue el caso de Fitch, que reafirmó su calificación de BBB con perspectiva de “estable”, aunque señaló que la administración falló en hacer correcciones fiscales a tiempo, lo que implicó un aumento de la deuda.
Sobre el plazo a colocar, este dependerá de la demanda que estén haciendo los inversionistas institucionales y donde el mínimo sería de diez años.