En un entorno global marcado por la incertidumbre de la política arancelaria de la Casa Blanca, los mercados internacionales analizan cada dato económico de Estados Unidos en busca de señales sobre el rumbo de la economía más grande del mundo.
La salud del consumo y la inversión en ese país es un factor determinante para sus socios comerciales, incluyendo a Costa Rica.
Organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) advierten que parte del impulso económico reciente podría no ser sostenible.
En su informe de junio de Perspectivas económicas, la OCDE señaló que factores como las importaciones deprimidas y los inventarios elevados solo ofrecen un crecimiento temporal, y proyectó una posible contracción anual del 1,6% para Estados Unidos.
Este miércoles, el Departamento de Comercio publicó los datos del Producto Interno Bruto (PIB) para el segundo trimestre del año, cifras que parecen contradecir los pronósticos más pesimistas, pero que revelan una dinámica compleja.
El crecimiento económico de Estados Unidos avanzó en el segundo trimestre del año, según los datos oficiales publicados, mientras los analistas advirtieron sobre distorsiones debido a que las empresas buscaban anticiparse a los aranceles del presidente Donald Trump.
La mayor economía del mundo se expandió a una tasa anual del 3% entre abril y junio, más que las previsiones, revirtiendo la caída del 0,5% de los primeros tres meses del año, según el Departamento de Comercio.
Esto llevó rápidamente a Trump a aumentar el tono de sus mensajes pidiendo un recorte de las tasas de interés: “debe bajar la tasa ahora”, dijo en referencia al presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell.
La Fed anunciará la decisión de su comité de política monetaria sobre las tasas esta tarde.
Los analistas que participaron en la encuesta de Briefing.com esperaban una tasa de crecimiento del PIB del 2,5 %.
A principios de año, las empresas comenzaron a abastecerse para evitar el efecto de las eventuales subidas de los aranceles anunciadas por Trump, pero las reservas están cayendo.
“El aumento del PIB real en el segundo trimestre reflejó principalmente una disminución de las importaciones, que son una sustracción en el cálculo del PIB”, declaró el Departamento de Comercio.
El repunte también reflejó un aumento del gasto de los consumidores, según el informe.
Para Costa Rica, cuyo principal mercado de exportación es Estados Unidos, una caída en las importaciones de ese país es una señal de alerta directa.
Una menor demanda de productos en el mercado estadounidense impacta directamente a sectores clave de la economía costarricense, desde los dispositivos médicos y bienes industriales de las zonas francas, hasta productos agrícolas como la piña y el banano.
Distorsiones
Los analistas esperaban que el PIB se recuperara a medida que las importaciones bajaban, pero advirtieron que esto podría no ser sostenible. Los mercados prevén que la inminente imposición de aranceles haga subir la inflación, lo que podría afectar los patrones de consumo.
“Está muy distorsionado por los flujos comerciales y el inventario”, dijo Kathy Bostjancic, economista jefe de Nationwide, sobre el crecimiento del segundo trimestre. Pero la aceleración no es sostenible, declaró a AFP.
Desde su regreso a la presidencia de Estados Unidos, Trump ha amenazado y aplicado varias olas de aranceles.
Estos incluyen una tasa del 10% a casi todos los socios estadounidenses, aumentar los del acero, aluminio y automóviles, así como medidas separadas contra Canadá y México por la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo.
La administración Trump tuvo un enfrentamiento con China, con ambos países imponiendo aranceles al otro de hasta tres dígitos.
Washington y Pekín llegaron a una tregua temporal para desescalar este conflicto. Ambas partes acordaron esta semana en Estocolmo prolongar esa pausa, aunque la decisión final depende de Trump.

Bostjancic prevé que la actividad subyacente que impulsa el crecimiento estadounidense se estabilice.
“La economía estadounidense continúa navegando por un complejo conjunto de contracorrientes, lo que dificulta una lectura clara de su impulso subyacente”, declaró Gregory Daco, economista jefe de EY, en una nota previa al informe del PIB.
“La actividad económica se está desacelerando incluso con el resurgimiento de las presiones inflacionarias”, añadió.
“Las presiones de costos inducidas por los aranceles, la incertidumbre política, la severa restricción de la inmigración y las elevadas tasas de interés están frenando el empleo, la inversión empresarial y el consumo de los hogares”, afirmó Daco.