La fuerte dependencia del país de los mercados externos, especialmente del más grande de sus socios que es Estados Unidos, enfrenta nuevos retos.
La desaceleración de la demanda externa está impactando en sectores clave de la economía nacional, como la exportación de bienes y la provisión de servicios. Este ajuste en la dinámica internacional incide en la actividad local y afecta directamente la proyección económica del país para los próximos años.
La actividad del sector servicios de Estados Unidos disminuyó ligeramente en julio, según datos de una encuesta publicados el 5 de agosto, que muestra un crecimiento lento debido al impacto de los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump.
El índice elaborado por la federación comercial ISM (Institute for Supply Management) bajó ligeramente al 50,1% el mes pasado. En junio el índice había sido 50,8%.

Si bien la cifra de julio no alcanzó las expectativas de los analistas del 51,5%, según un pronóstico de consenso de Briefing.com, todavía se mantiene por encima del 50%, lo que indica crecimiento.
“La continua contracción del Índice de Empleo y la expansión más rápida del Índice de Precios son acontecimientos preocupantes”, declaró el presidente de la encuesta del ISM, Steve Miller, en un comunicado.
Miller añadió que tanto los nuevos índices de exportaciones como de importaciones pasaron de expansión a contracción, lo que indica “señales de que las tensiones arancelarias están afectando al comercio mundial”.
Este contexto, marcado por la incertidumbre y las tensiones comerciales, está llevando a una revisión de las estrategias de crecimiento.
Este ajuste en la dinámica internacional incide en la actividad nacional y afecta la proyección económica del país para los próximos años.
Este cambio en la actividad económica de Estados Unidos, principal socio comercial de Costa Rica, tiene un impacto directo en la economía local.
El país norteamericano representa entre el 45% y 48% de las exportaciones costarricenses, sobre todo en sectores como turismo, servicios profesionales, tecnología, servicios médicos y empresariales.
La desaceleración en la demanda estadounidense reduce las importaciones costarricenses y afecta la inversión extranjera directa.
De hecho, el Banco Central de Costa Rica ajustó su proyección oficial de crecimiento para 2025. El pronóstico bajó de un 4,1% a un 3,6% a causa de esta incertidumbre en Estados Unidos.
Las políticas de aranceles y las tensiones comerciales de Estados Unidos intensifican la desaceleración. Estos factores complican el crecimiento proyectado para Costa Rica.