En 2023, Costa Rica alcanzó su punto más alto en la atracción de nómadas digitales, aprobando 317 visas bajo la Ley para atraer Trabajadores y Prestadores Remotos de Servicios de Carácter Internacional (N.° 10.008).
Sin embargo, el impulso se desvaneció. Un nuevo análisis de la Escuela de Turismo de la Universidad Hispanoamericana (UH) revela que en 2024 las solicitudes de esta visa se desplomaron un 60% y las visas aprobadas cayeron un 50%. Esta desaceleración, en un mercado global que se estima entre 40 y 60 millones de personas, tiene un impacto económico.
La caída de 317 aprobaciones en 2023 a solo 158 en 2024 representa una pérdida potencial de $477.000 mensuales en gasto directo para el país, según una proyección conservadora de la UH basada en el ingreso mínimo de $3.000 exigido por ley.
El análisis, elaborado con datos de la Dirección de Migración y Extranjería, evidencia que la estrategia costarricense de atracción de trabajadores remotos enfrenta serios desafíos estructurales y una competencia regional cada vez más agresiva.
¿Por qué se frenó la llegada de nómadas digitales?
Según los expertos de la Universidad Hispanoamericana, la caída no refleja una pérdida de interés en la belleza del país, sino un deterioro de su competitividad. Los factores clave son una mezcla de problemas internos y una mejor oferta de sus vecinos.
“La región ha entrado en una etapa de competencia activa”, explica la docente de la Escuela de Turismo de la UH, Andrea Fernández. “Países como México, Colombia, Brasil y también El Salvador han optimizado sus visas, simplificando los requisitos y facilitando la inserción temporal".
Fernández advierte que, aunque Costa Rica tiene el marco legal, la experiencia de estadía “no depende únicamente del beneficio fiscal”. Identifica dos elementos centrales que han afectado la decisión de los nómadas:
- La percepción internacional de seguridad: Un factor que ha tenido alta visibilidad mediática en el último año.
- El costo de vida y la vivienda: La dificultad para encontrar vivienda apta para estadías largas, especialmente en zonas turísticas orientadas al alquiler de corto plazo (como Airbnb), incrementa los costos y dificulta la integración.
A esto se suma la infraestructura tecnológica. El docente Giovanni Jiménez señala que la conectividad es un dilema crítico. “Estamos teniendo muy buenas conexiones de internet en lo que es el Gran Área Metropolitana (GAM), pero en las zonas rurales esta no es la realidad. ¿Y dónde están los grandes atractivos turísticos? Precisamente fuera del GAM”, cuestionó Jiménez.
El experto advierte que un nómada digital no puede “mudarse” de La Fortuna a Limón y esperar la misma calidad de Internet, lo que entorpece el trabajo remoto.

El análisis de la UH también revela una alta vulnerabilidad por la concentración del mercado emisor. Entre 2022 y 2024, el 61% de las visas aprobadas se concentró en solo tres países: Estados Unidos (271), Canadá (54) y la Federación de Rusia (37).
Estados Unidos es, por mucho, el principal mercado, con 271 aprobaciones en el periodo. Sin embargo, las solicitudes desde EE.UU. sufrieron una caída del 64% entre 2023 y 2024.
Esta dependencia del mercado estadounidense expone al país a “fluctuaciones económicas, decisiones geopolíticas y cambios en políticas migratorias externas”, advierte Andrea Fernández.
La reciente crisis de cancelaciones de vuelos en EE.UU. por el cierre de gobierno es un ejemplo del riesgo sistémico que enfrenta Costa Rica, ya que la mayoría de turistas y nómadas digitales dependen de conexiones en los aeropuertos afectados.
“La estrategia debe ir un poco más a diversificar mercados emisores”, insistió Fernández. “Diversificar no es crecer en volumen, es reducir el riesgo sistémico y construir la estabilidad a largo plazo”.

El perfil del nómada y la oportunidad de Rusia
Los datos de Migración confirman que este mercado es predominantemente masculino: el 77% de las visas aprobadas fueron para hombres (456), frente a un 23% de mujeres (133). Ante esto, los expertos recomiendan campañas de promoción dirigidas específicamente al segmento femenino.
Por edad, el 58% de las solicitudes se concentra en el rango de 30 a 44 años, correspondiente a la generación Millennial y la Generación X.
“Han logrado una madurez en su proyecto de vida y estabilidad económica, lo cual contrasta con los menores de 25 años que apenas inician su carrera laboral”, explicó Jiménez.
La sorpresa en el “Top 3” de países fue la Federación de Rusia, con 37 visas aprobadas, superando a Alemania y Reino Unido, con 23 cada uno. Para el profesor Jiménez, esto representa una oportunidad, pero también un reto.
“Me llamó mucho la atención que saliera Rusia. No es un mercado en el que estemos acostumbrados a trabajar y (...) he conocido muy, muy pocas y muy limitadas personas que hablen ruso”, señaló Jiménez. Sugiere que capacitar personal en este idioma podría ser determinante para explotar esta nueva tendencia.
Tres retos urgentes para Costa Rica
Los expertos de la UH concluyen que para revertir la caída del 50% y competir con destinos emergentes como El Salvador, Costa Rica debe enfocarse urgentemente en tres pilares:
- Seguridad: “Mejorar el tema de seguridad a nivel país”, afirmó Jiménez, señalando que las alertas de viaje de EE.UU., Canadá y Europa ya están pasando factura al turismo.
- Promoción: “Hacer campañas más focalizadas en la promoción de nómadas digitales por parte del ICT (Instituto Costarricense de Turismo)”, recomendó Jiménez, indicando que, si la publicidad existe, no se conoce.
- Infraestructura Tecnológica: “Poder hacer que las empresas (...) accedan a que haya conectividad más eficiente en zonas rurales”, urgió Jiménez, ya que la falta de fibra óptica en zonas turísticas es un obstáculo insalvable para un trabajador remoto.
Además, la profesora Fernández subraya la necesidad de una mejor gobernanza territorial, con planificación municipal y regulaciones que prevengan la gentrificación y la presión sobre zonas costeras. “La verdadera competitividad de Costa Rica no reside únicamente en su belleza”, concluyó Fernández, “sino en su capacidad de recibir sin desplazar”.
