Cuando las autoridades transitorias destruyen, manipulan o debilitan las fuentes de información, intencionalmente o por simple negligencia debilitan el régimen democrático.
La toma de decisiones basada en evidencia es la forma responsable de definir y guiar la política pública. Las bases de información que alimentan este proceso en las instituciones públicas y organizaciones confiables son además instrumentos importantes de transparencia y rendición de cuentas. Los ciudadanos, como titulares de la soberanía que delegamos temporalmente en las autoridades políticas elegidas a través del voto, debemos contar con la garantía de que esta información esté a nuestro alcance, sea confiable y se proteja.
Cuando estas autoridades transitorias destruyen, manipulan o debilitan estas fuentes de información, intencionalmente o por simple negligencia, faltan a sus obligaciones fundamentales y debilitan el régimen democrático.
Cuando la cabeza del Ministerio de Educación actúa de esa manera, por ejemplo, con las pruebas de evaluación de los aprendizajes de los estudiantes, irrespeta a todas las personas, empezando por los estudiantes. El mensaje es claro: no importa si ustedes aprenden o no, si desarrollan sus capacidades para pensar y participar positivamente en la sociedad, si los muchos años que asisten a la escuela son tiempo perdido.
Cuando el presidente de los Estados Unidos despide al responsable de las estadísticas de empleo de su país, porque los números no le son favorables, irrespeta a todos los ciudadanos de ese país, y como cabeza de una de las primeras economías del mundo, lo hace también con los demás países con los que interactúa.
Estas cosas suelen pasar en las dictaduras, lo vemos en Corea del Norte, Venezuela o Nicaragua, y pensamos: pobre país, pobre gente. Cuando esto sucede de manera cada vez más frecuente y grosera en las democracias más consolidadas del continente, necesitamos abrir los ojos y poner atención.
Vivimos en una época en la que el conocimiento y las tecnologías conforman el motor de las sociedades, por lo que es preocupante este manoseo de la información que limita y distorsiona nuestro derecho a acercarnos a la verdad. Si bien no es una práctica nueva, nunca había alcanzado una invasión tan profunda de nuestra vida social y personal.
Me asustan la codicia y la mezquindad de estos personajes con alguna cuota de poder, que mediante este tipo de actuaciones buscan construir tiranías -pequeñas o grandes-, capaces de destruir la paz en un barrio o en todo un país.
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Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica, exvicerrectora de Acción Social, investigadora en nutrición y desarrollo infantil; coordinadora del Informe Estado de la Nación y exdirectora de la Fundación Omar Dengo. Ph.D. en nutrición infantil y epidemiología.
Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica y cuenta con más de 35 publicaciones científicas y académicas. Es exdirectora ejecutiva de la Fundación Omar Dengo.
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