Las zonas francas son un motor para el desarrollo social y económico en Costa Rica y las cifras así lo demuestran. Aportan el 15,2% al Producto Interno Bruto (PIB) y representan el 57% del total de las exportaciones del país.
Se han consolidado como potenciadores del progreso social a través de los más de 164.000 empleos directos y cerca de 57.000 indirectos generados por el Régimen de Zonas Francas, incluyendo un 44% de puestos ocupados por mujeres, lo que contribuye a reducir la brecha de género que el país muestra a nivel laboral. Se aportan también más de $1.064 millones anuales a instituciones sociales en cargas sociales.
Las 412 empresas instaladas en los 52 parques de zonas francas en Costa Rica son líderes en sus respectivos sectores, generando transferencia de conocimiento y el desarrollo de la capacitación técnica de la fuerza laboral, permitiéndoles optar por un empleo de calidad.
Este aporte es fundamental en un contexto global cambiante que representa nuevos retos para el país, pero también nuevas oportunidades; por ello, las zonas francas están evolucionando para ser actores integrales hacia su desarrollo sostenible.
Las zonas francas deben continuar dando el ejemplo, pasando de intención hacia acciones que muevan la aguja y que permitan contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. En esta dirección, nos debemos guiar por la sostenibilidad como eje fundamental de cada elemento en la cadena de valor de nuestras operaciones.
Asimismo, la tecnología nos permite contar con mayores recursos para medir y analizar nuestras acciones, con el fin de impulsar iniciativas de mayor efectividad e impacto social, ambiental y económico. El crecimiento de herramientas como el Internet de las cosas y la analítica de datos también brindan la posibilidad de crear ecosistemas integrados e inteligentes, en los que podemos optimizar los procesos operativos para prevenir riesgos y reducir el impacto generado por ineficiencias en las cadenas de suministros.
Luego de la pandemia de la Covid-19, el crecimiento de nuevos formatos de trabajo ha permitido generar oportunidades de empleo en todas las regiones del país. Utilizando la tecnología inmersiva, se pueden realizar capacitaciones en procesos altamente complejos desde cualquier lugar con conectividad, siendo más rápidos y efectivos. Asimismo, la inteligencia artificial se convierte en un nuevo aliado que potencia la capacidad humana para resolver desde los retos diarios hasta los grandes desafíos globales.
Ventaja
La esencia de la evolución de las zonas francas está en su capacidad para brindar una mejor calidad de vida para las personas y especialmente para las comunidades cercanas, permeando en índices positivos de desarrollo humano. Costa Rica ha destacado a nivel mundial como un destino de preferencia para las grandes empresas del mundo gracias al alto valor de su talento humano, su conocimiento técnico, capacitación e impulso por la actualización constante.
Es así como el desarrollo de las zonas francas fuera del Gran Área Metropolitana (GAM) juega un papel fundamental, ya que fomenta un proceso de transformación necesario que brinda nuevas y mejores fuentes de ingresos económicos, mayores oportunidades para los jóvenes, trabajos que promuevan la equidad de género, así como la conveniencia de que más empresas locales puedan integrarse a las cadenas de valor de las zonas francas.
Gracias a la instauración fuera del GAM, regiones con escasas oportunidades de crecimiento social y económico se convierten en sitios emergentes de progreso, en las cuales el desarrollo genera un efecto multiplicador, distribuyendo de una mejor manera los beneficios en las diferentes zonas del país, como está ocurriendo con Evolution Free Zone.
Este parque empresarial ubicado en Tacares de Grecia en Alajuela, se caracteriza por integrarse a la comunidad para mejorar la calidad de vida y el bienestar de los habitantes de la región de Occidente del país.
Actualmente, más del 50% de las personas de estas zonas deben salir de Occidente para conseguir un trabajo, por lo que con Evolution Free Zone se mejora la calidad de vida al brindar fuentes de empleo más cercanas que reduzcan los tiempos de desplazamiento al lugar de trabajo y promuevan el desarrollo en las comunidades de San Ramón, Grecia, Atenas, Naranjo, Palmares, Poás, Zarcero y Sarchí.
De esta manera, la ruta hacia la evolución de las zonas francas debe ser impulsada por la sostenibilidad, la innovación tecnológica y el talento humano. Estos tres pilares nos permitirán sacar ventaja de las oportunidades en un entorno cambiante para fomentar el desarrollo integral, sostenible y la competitividad constante que promueva el éxito de las operaciones, de manera que continuemos generando empleos de calidad, oportunidades para futuros talentos e impactos positivos en las comunidades.