El concepto de vejez se está redefiniendo en este siglo, con una creciente proporción de adultos mayores (más de 65 años según la definición oficial de Costa Rica), que alcanzan una mayor longevidad, y, además, con más posibilidades de que sean años de bienestar y vitalidad, lo que está generando una nueva y más activa participación de esta población en la sociedad. Nuestra vejez inicia desde los primeros años de vida, y lo que hacemos, comemos, pensamos y sentimos a través del tiempo, van conformando la estructura, condiciones y herramientas que la definen. Hoy se conoce suficiente de cómo envejece nuestro cuerpo y mente, como para guiarnos en la construcción de una mejor longevidad.
Sabemos que la genética y variables ambientales, incluyendo la familia, el contexto social, la educación y otras, inciden enormemente en nuestra vulnerabilidad ante las enfermedades, aunque todavía es un conocimiento incompleto. Pero sí sabemos que las principales causas de mortalidad son básicamente tres: enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades mentales (Alzheimer, Demencia y Parkinson), y en los tres casos podemos reducir el riesgo de padecerlas y/o su severidad, mediante cuatro áreas de acción que están bajo nuestro control: ejercicio, alimentación, sueño y salud emocional. Los estudios del CCP-UCR en Nicoya han contribuido a que los científicos comprendan la importancia de estos elementos.
No importa qué edad tenga usted ahora, estimado lector o lectora, su envejecimiento ya empezó, y según la ciencia nos va develando nunca es demasiado tarde (ni demasiado temprano) para mejorar nuestras probabilidades de una buena longevidad. Peter Attia, médico e investigador en este tema, en su último libro La ciencia y el arte de la longevidad, brinda una síntesis muy sólida de las bases científicas más actuales del envejecimiento, y, más importante para los ciudadanos comunes, nos da una estrategia con sus tácticas para aumentar la probabilidad de una buena y larga vida, basada en las cuatro áreas de acción. Yo estoy empezando bastante tarde, especialmente con el ejercicio, pero hay estudios que muestran que puedo lograr mejoras significativas aún ahora, y puesto que la vida me sigue pareciendo maravillosa, a pesar de sus batallas y golpes, voy a intentarlo.
Columna Enfoques | El Financiero | Leda Muñoz, doctora en Nutrición Infantil y Epidemiología; catedrática de la UCR
Hoy solo les mencionaré algo sobre el ejercicio, pues no es cualquier ejercicio, sino una mezcla de rutinas moderadas pero constantes que trabajen primero la capacidad cardiovascular, segundo que aumenten y conserven nuestra fuerza, y tercero, que fortalezcan y preserven nuestra estabilidad. El ejercicio es considerado por muchos estudios como el más potente de los cuatro, Attia considera que “es la medicina más poderosa para la longevidad”. Hora de moverse.
Leda Muñoz es catedrática de la Universidad de Costa Rica y cuenta con más de 35 publicaciones científicas y académicas. Es exdirectora ejecutiva de la Fundación Omar Dengo.
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