Posiblemente pasarán los años y recordaremos quiénes éramos antes y después de la pandemia del COVID-19, así como a las empresas que tomaron el liderazgo en medio de la situación crítica. Esas serán las que supieron reaccionar, comunicar y ser parte de la solución de esta catástrofe social y económica.

Si bien las empresas se ven en grandes encrucijadas y deben priorizar la continuidad del negocio para conservar a sus trabajadores, sus finanzas y activos, no deben descuidar la imagen de su compañía. No es momento para callar ni ahorrar en comunicación, al contrario, es el momento preciso para una comunicación fluida a lo interno y relevante a lo externo.

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Recordemos que la reputación no es solo un tema de vernos bien o mal, es un activo que determina preferencia del consumidor, se estima que al menos un tercio de los compradores desechan una marca que pierde su confianza tras una crisis reputacional. Por otro lado, el estudio realizado por la firma multinacional Weber Shandwick, (El Estado de la Reputación Corporativa en 2020) en el cual se entrevistó a más de 2200 ejecutivos de 22 países, muestra que los principales directivos del mundo atribuyen cerca de un 63 % del valor de mercado de su marca a la reputación general de la empresa.

Por estas razones, este momento histórico es crucial para una comunicación interna y externa de alto valor, intensiva y relevante, que muestre los valores de la empresa y qué está haciendo para aliviar la situación para empleados, comunidad y clientes.

Transparencia

Dé prioridad a nivel interno, preocúpese por ser transparente y honesto con su equipo, evitar la incertidumbre es posible si nuestro personal está alineado y enterado de la situación de la empresa. Ofrezca información de valor según el contexto, usando fuentes oficiales y expertas, instruya a sus colaboradores sobre la enfermedad, las consecuencias a nivel general, dé información útil, con contenido y herramientas para enfrentarla.

Involúcrese como empresa en el proceso de apoyo a la comunidad frente a la enfermedad, busque las formas de ayudar a los suyos y a quienes los rodean, implemente estrategias de ayuda a sus empleados afectados, a la comunidad inmediata y a las autoridades, sea parte de la solución e integre a su equipo de trabajo en el proceso.

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Cuide su forma de comunicar a lo externo, está bien divulgar sus buenas acciones, siempre y cuándo no se invierta en exceso ni se divulgue de forma exagerada, pues hará que su acción pierda su razón de ser y se convierta en una forma de aprovecharse de la situación.

La pandemia nos está dando una oportunidad de “resetear” nuestra reputación y tomar preponderancia a lo interno y lo externo. Como empresas, debemos dar un paso adelante en la comunicación y de forma integral, comunicar visible y claramente nuestras acciones, mostrando genuina empatía con la situación de nuestros colaboradores y de la sociedad en que nos desenvolvemos.

Las crisis nos dan oportunidades y sacan lo mejor de cada uno, comunicarlo asertivamente será clave para la continuidad del negocio una vez sobrepasemos esta dura etapa. Es tiempo de preguntarnos cómo queremos ser recordados tras el COVID-19.