
El COVID-19 se inició a finales del 2019 y se extendió con rapidez desde enero pasado a nivel mundial. Pero tomó a muchas empresas (grandes, medianas y pequeñas, locales y globales) por sorpresa.
Muchas compañías estaban desubicadas en relación tanto a la pandemia como a las medidas adoptadas por los gobiernos, recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Incluso las que identificaron el problema a tiempo, no calculaban el impacto que tendría. Aunque lo hubieran imaginado, ninguna industria se escapó.
“Para todo el mundo es una situación que se sale de toda normalidad”, dijo Jorge Bayona, country manager para América Central de Bridgestone.
Bayona estudió ingeniería administrativa en la Escuela de Ingeniería de Antioquía en Medellín, Colombia, y posee un MBA de la Universidad de Georgetown, Washington, con énfasis en estrategia y finanzas.
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Luego ocupó cargos como en desarrollo corporativo de Verdeo Group, dedicada a proyectos de energía renovable en Estados Unidos; director de nuevos proyectos en John Restrepo A. & Cia S.A., distribuidor de bienes de consumo en Colombia; y director regional de finanzas y análisis de negocios para Kimberly Clark, entre otros.
En 2018 fue nombrado director de finanzas de Bridgestone Latinoamérica Norte y luego, en este año 2020, country manager para la región que comprende los mercados de Costa Rica, Colombia, Ecuador y el resto de Centroamérica y el Caribe.
Bayona recordó que la firma japonesa Bridgestone Corp., fundada en 1931, solamente se ha presentado una situación similar durante la Segunda Guerra Mundial.
“Para todos la enseñanza es la importancia de cuidar el estado financiero, entender la situación de los proveedores y tener flexibilidad con los clientes. Es una crisis diferente”, dijo Bayona.
Al estar su Bridgestone cerca de China recibieron algunos indicios de lo que ocurría.
Recibimos señales tempranas. Es una ventaja de estar en una empresa global. Discutimos lo que estaba pasando en China, pero no nos imaginábamos lo que iba a ocurrir.
Se tomaron decisiones como limitar los viajes, proteger al personal, estar atentos a las decisiones de gobierno, y ser parte de la solución no del problema, preparándonos para que las personas no se contagiaran.
¿Cuál es el impacto en la industria?
La industria de la movilidad y de llantas para todo tipo de vehículos, incluso aviones, fue impactada por la reducción de la movilidad y la situación de la industria aérea, así como por el impacto en la economía.
Hay una reducción de consumo de llantas por la caída de la movilidad, pero hay sectores que se comportaron diferente, especialmente el transporte para entrega de mercadería para los consumidores.
¿Cuáles medidas adoptaron?
Entre las medidas que adoptamos se encuentra potenciar y asegurar la caja para cumplir las obligaciones con los proveedores y apoyar a los socios comerciales.
Desde antes de la crisis, en forma permanente, procuramos tener una red sólida siempre.
Las medidas se tomaron pensando en la recuperación. Es una crisis distinta. Lo que hay es una pausa. No se destruyó la economía.
Nos aseguramos que hay inventario suficiente, que se puede operar, junto a las medidas de salud y mayores prácticas de higiene.
Estas medidas continúan.
¿Cuáles son las principales enseñanzas que deja la crisis del COVID-19 en cuanto a anticipar escenarios?
Aprender de otros. Aprender de los demás. Tener la mente abierta.
Porque en las operaciones en Asia y en Europa la pandemia se comportó de forma distinta.
Una enseñanza es cómo potenciar al recurso humano, como enfocarse en las personas.
El año anterior cuando vimos los riesgos de negocio, para el plan, teníamos como preocupación para la continuidad del negocio los fenómenos naturales, como la erupción de un volcán o que ocurriera un terremoto.
Hay escenarios que están al final de la cola de las preocupaciones. Esta situación nos obliga a que hay que replantearse y estar pendiente de si las pandemias serán recurrentes.
¿Cuáles fueron las principales acciones para mantener la operación ante las medidas de confinamiento?
Lo que se hizo fue ver las medidas a adoptar en equipo multidisciplinarios y mantener la disciplina.
En el ingreso a la planta se mantiene el ingreso controlado, el distanciamiento entre personas, gel, adopción de tecnologías sin contacto y garantizar la higiene para mitigar los riesgos.
En la operación nos preparamos para lo que venía. Analizamos escenarios: si esto pasa, ¿cuál es la consecuencia?
Con las cuarentenas se vio cómo implementar el cierre del proceso en forma ordenada, hacerlo con cuidado.
Siempre ver el riesgo, cómo se mitiga y qué planes implican.
¿Cuáles fueron las principales medidas para mantener la comercialización, a pesar de la contracción del mercado? ¿Cómo se adaptaron a la situación?
Como teníamos mucho trabajo con la red de comercialización, arrancamos de una base saludable. Además, nos aseguramos inventarios y cómo alinearnos para seguir operando.
¿Cuáles acciones se adoptaron a nivel financiero, previendo la contracción del mercado?
Cuidamos la buena administración de la caja. Planeamos rápido y cuidamos cuánto del inventario se puede convertir en caja (efectivo o ingresos).
También, hay que cuidar el inventario, que no se acumule, para que no aumenten los gastos. Mantenemos una administración responsable y conservadora del negocio: trabajar con inventarios muy bajos.
En las cuentas por cobrar, siempre cuidamos la solidez de la red de comercialización, atendiendo cada caso.
Con los proveedores, se trabajó desde el área de compras para discutir con ellos cómo realizar los ajustes, con una comunicación muy fluida.
¿Cuáles son las recomendaciones que Usted haría a las personas emprendedoras?
Estar pendiente de los indicadores, así como de la información de los gobiernos y de los distintos entes.
Existen bastantes datos, son datos públicos para ver la situación. Hay transparencia. Se debe estar al tanto.
Esta crisis es un golpe fuerte. Hay países que están tratando de volver a la normalidad.
No perder la perspectiva. Estar pendientes.
La recuperación va a ocurrir y hay que prepararse.