Alexandra Perdomo y su esposo Andrés Clapés, hoy de 37 años ambos, llegaron desde Venezuela a Costa Rica en 2016.

Ambos profesionales, tras buscar alguna oportunidad laboral, crearon su propia empresa Zutika Food, dedicada a producir y vender empanadas artesanales en siete sabores.

Sus planes ahora son ampliar el menú, con la promesa de ofrecer siempre un producto saludable, así como consolidarse en el Área Metropolitana con envíos y servicios en eventos y ferias, al tiempo mantienen la iniciativa de ayudar a otras personas y familias.

“La vida cambia de la noche a la mañana”, dice Alexandra. “Siempre se puede empezar de cero y reinventarse en el propio país o en otro. Siempre habrá una oportunidad y un camino”.

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Alexandra es fisioterapeuta y Andrés ingeniero industrial. En Caracas, donde vivían, tenían empleo. Sin embargo, las condiciones del país, en especial en materia de salud, no eran las óptimas.

La crisis del sistema de salud venezolano y la carencia de medicinas les preocupaba especialmente a ambos, pues en aquel entonces ella estaba embarazada.

“La paz personal no se negocia”, afirma ella.

En Costa Rica nació su hija.

Los valores familiares y la hospitalidad que esperaban de los costarricenses la encontraron de varias maneras.

Una de ellas fue que un vecino les preguntó que si podían hacerle unas empanadas al estilo venezolano para llevarlas al trabajo.

Alexandra y Andrés acostumbraban invitar a los vecinos a comer con ellos y les ofrecían empanadas al estilo venezolano.

Como la principal dificultad para ubicarse laboralmente en el país era la homologación de sus títulos profesionales, en ese momento pensaron que saldrían adelante con un negocio especializado en esos productos.

En la cocina

Zutika Food ofrece empanadas de masa de harina de maíz precocida y enriquecidas con semillas de chía (ver recuadro abajo).

Alexandra dice que las semillas no le quitan el sabor, son calificadas como un superalimento y ayudarían a la digerir bien los alimentos.

La receta que utilizan combina tradiciones de la cocina venezolana y de Costa Rica, enfocados a brindar un producto práctico para cualquier ocasión sin que sea comida rápida.

La marca del negocio surge al combinar el gentilicio coloquial costarricense “tica” con la palabra vasca que hace referencia a “permanecer de pie”.

La oferta incluye envíos o entregas de empanadas preparadas para que el consumidor las cocine en freidora de aire (para evitar uso del aceite), en un horno convencional o en sartén.

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En la creación del negocio, Alexandra y Andrés obtuvieron la ayuda de otras amistades.

Una amiga costarricense les ayudó a estructurar la empresa y con el diseño de la marca. También inscribieron la empresa en el régimen simplificado y obtuvieron el carné de manipulación de alimentos.

Para promocionarse cuentan la colaboración de siete “embajadoras”, todas profesionales en diferentes áreas. Cada una le cuenta a sus seguidores en redes sociales sobre uno de los sabores.

Desde finales de 2018 Zutika tiene sus propias cuentas o perfiles en Facebook e Instagram, así como un canal de comunicación a través de WhatsApp y su propio sitio web.

Las entregas se hacen a través de Uber Eats o de Glovo (aunque todavía no aparecen en esta app) para clientes de Heredia, donde vive esta pareja, Alajuela centro, Santo Domingo, Tibás, Coronado, San José, Curridabat, Escazú y Santa Ana.

Crecer y ayudar

Durante un tiempo vendían gracias a la difusión entre los clientes y otras personas “de boca en boca”.

También empezaron a ir a las ferias del agricultor para que los conocieran, con lo que ampliaron la cobertura.

Pronto empezaron a recibir invitaciones a fiestas y otros eventos donde hacen demostraciones.

Cuenta Alexandra que habían previsto que les iba a tomar un año para darse a conocer y que los clientes reconocieran la diferencia de las empanadas que ofrecen.

Por ejemplo, ella destaca que la empanada de tilapia incluye zanahoria, ayudando a quebrar la resistencia de los menores de edad con los vegetales.

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En los eventos, además de las demostraciones, pueden ofrecer empanadas más pequeñas, de ocho centímetros, que las normales de 17 centímetros.

Con Andrés, Alexandra se divide las tareas y también tienen una contadora que les ayuda a cumplir con Tributación y a llevar los números del negocio.

Ella los ha asesorado todo lo que deben hacer para aplicar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de julio próximo en adelante.

El matrimonio también incorporó acciones sociales dentro del proyecto para ayudar a personas de la calle.

Entre los planes futuros, aparte de lanzar nuevos productos, quieren ayudar a familias venezolanas con alguna dificultad y ampliar la iniciativa con personas de la calle, hacer crecer el negocio y generar empleos.

“Pasar a ser emprendedores ha sido una experiencia retadora y muy enriquecedora. Siempre se puede reiniciar”, reiteró Alexandra.