La cuarta revolución industrial ha cambiado de forma radical la manera en que nos relacionamos, vivimos y trabajamos. El mundo laboral y las expectativas que tienen los empleados, que para 2025 serán, en un 75%, nativos digitales, deberán ajustarse a una generación para la cual la formación y las relaciones con las personas a través de herramientas y plataformas de tecnología móvil es simplemente como se supone que el mundo opera, incluso en el trabajo.
La digitalización permea la naturaleza de miles de puestos de trabajo: mientras algunos roles van despareciendo, surgen también oportunidades en actividades totalmente nuevas. El Foro Económico mundial estima que 150 millones de nuevos empleos tecnológicos se crearán en los próximos 5 años, y que, para 2030, el 77% de trabajos requerirán habilidades en tecnología.
Esta gran transición no es totalmente nueva; antes de la pandemia, los mercados laborales ya experimentaban ajustes ligados a la automatización, al cambio tecnológico, a la globalización, la transición verde y los cambios demográficos globales. Pero esta transformación se aceleró ante la crisis global sanitaria y hoy en día los cambios no sólo ha llegado para quedarse, sino que se aceleraron. Al tiempo que globalmente los países luchan contra el desempleo que ha dejado la recesión, se han abierto millones de puestos de trabajo nuevos y el sector de la tecnología no encuentra suficiente talento disponible en el mercado: se estima que sólo el 33% de las vacantes disponibles encuentran candidatos con la formación que requieren.

Actualmente en LinkedIn existen 15 millones de puestos para programadores en todo el mundo. Los roles de ventas son los segundos en la lista de los más demandados: son más de 8 millones de ofertas. A este le siguen los roles de administradores de proyectos, los ingenieros y técnicos en soporte de TI, los diseñadores gráficos, y los encargados de atención al cliente. Y no sólo han cambiado los perfiles laborales. También lo ha hecho la modalidad del trabajo: la plataforma LinkedIn ha visto multiplicarse por 7 el número de ofertas de trabajo remoto, una clara prueba de que, en una economía crecientemente digital, la ubicación geográfica ya no es un límite.
Esta mirada sobre la demanda de talento muestra cómo los desarrolladores de software siguen siendo de altísima relevancia, pues son quienes construyen toda la tecnología que usamos hoy, y aún falta construir mucha más. Algunos gigantes del sector automotor ya emplean más desarrolladores de software que ingenieros mecánicos, Un carro promedio tiene en sus componentes más de 150 millones de líneas de código. Pero lo otro que deja claro esta transición es que todas las organizaciones, sin excepción, se están convirtiendo velozmente en empresas de tecnología y que los trabajadores, sin importar su rol o su sector, deben adquirir las habilidades necesarias para usarla, interactuar y crear con ella.
Y casi tan importante que los roles antes descritos son las habilidades blandas. Se trata de competencias transversales determinantes para la vida. LinkedIn Learning definió las habilidades blandas como “habilidades interpersonales esenciales” que permiten a los empleados hacer bien su trabajo y emprender nuevas oportunidades e identificó habilidades clave como creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad e inteligencia emocional.
Empresas y gobiernos deben adaptar sus modelos de educación y formación para el trabajo a estas nuevas realidades. La tecnología y las herramientas digitales pueden desempeñar un papel central en el fomento de un mercado laboral más inclusivo y adaptado a la demanda. Es claro que las personas deberán invertir más tiempo en su formación y actualización y encontrar así más y mejores oportunidades. Los empleadores deberán invertir más energía en las prácticas de contratación y capacitación que serán fundamentales para la competitividad en un mundo cada vez más digital. Plataformas como Microsoft Learn y Linkedin Learning han sido puestas a disposición del público sin costo alguno para ayudar a quienes buscan empleo, a las organizaciones públicas y privadas a asegurar que el talento tenga las competencias necesarias para esta transición. Adicionalmente, Microsoft ha desarrollado alianzas con organizaciones públicas y privadas de toda la región para formar y certificar talento con las habilidades del siglo XXI y preparar a los costarricenses para los trabajos del futuro.