Un 34% de los costarricenses con edades entre 25 y 34 años no ha completado la educación secundaria, una cifra que casi triplica el promedio del 13% de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Este dato, proveniente del más reciente informe “Education at a Glance 2025”, sitúa a Costa Rica entre las naciones con mayores desafíos en la formación de su capital humano joven.
El estudio subraya que la obtención de un título de secundaria se ha convertido en un “requisito mínimo para navegar en la economía y la sociedad modernas”.
La carencia de esta credencial tiene implicaciones directas y severas en el mercado laboral costarricense. Según los datos del mismo informe, la tasa de empleo para los jóvenes de 25 a 34 años que sí completaron la secundaria es del 78%, una cifra considerablemente superior al 61% de aquellos que no lo lograron.

Esta brecha en la empleabilidad se traduce, a su vez, en una marcada disparidad de ingresos. Un trabajador costarricense sin educación secundaria gana, en promedio, solo el 71% del salario de alguien que sí posee el título. Esta penalización económica limita de forma significativa el potencial de ingresos a lo largo de la vida y se convierte en un obstáculo para la movilidad social.
El informe de la OCDE advierte que estas desventajas, tanto sociales como económicas, “probablemente se profundizarán a medida que las sociedades se vuelvan más dependientes de las tecnologías digitales”. La falta de una base educativa sólida dificulta la adaptación a un mercado laboral en constante evolución y aumenta el riesgo de exclusión.
Además del impacto económico, el reporte asocia los niveles educativos más bajos con una menor probabilidad de experimentar cohesión social y participación cívica. Los resultados para Costa Rica no solo exponen una vulnerabilidad en su sistema educativo, sino que también plantean un reto estratégico para el desarrollo y la competitividad del país en el escenario global.
Esta brecha coloca al país en un grupo junto a México, Perú y Sudáfrica, donde más de un tercio de su población joven carece de esta credencial fundamental. Dentro de los países miembros de la OCDE, México presenta la tasa más alta con un 41%, lo que evidencia la magnitud del desafío costarricense en comparación con sus pares en la organización.
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La situación de Costa Rica contrasta drásticamente con los países líderes de la OCDE, que han alcanzado una cobertura casi universal en la educación secundaria. El caso más destacado es el de Corea, donde la tasa de jóvenes de 25 a 34 años que no han finalizado la secundaria es de apenas un 1%. Otros países como Irlanda y Croacia (ambos con un 4%) y Polonia (5%) también demuestran niveles de finalización muy elevados.
Esta enorme diferencia entre el 34% de Costa Rica y las cifras cercanas al 1% en las naciones más avanzadas ilustra la distancia que el país necesita recorrer para asegurar que su fuerza laboral joven posea las competencias mínimas para prosperar en la economía global, según los estándares analizados por la OCDE.
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Este artículo fue publicado por un editor de El Financiero asistido por un sistema de inteligencia artificial.