Antes, Cartaginés triunfó en una Costa Rica muy distinta a la actual: era siete veces más pobre y ocho veces menos poblada, pero, al mismo tiempo, comparte otros aspectos.

1940

Corría el año 1940 y en Costa Rica se sucedían múltiples cambios. Empezaba el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia y, con él, se daba inicio a una década de transformaciones ancladas en las garantías sociales y con aires progresistas con la alianza entre Gobierno, comunistas y la Iglesia católica.

En esos años se puso la primera piedra de varias instituciones que hoy se consideran emblemáticas. En 1940 abrió sus puertas la Universidad de Costa Rica y, un año después, se creó la Caja Costarricense de Seguro Social. A finales de esa década también aparecerían el Instituto Costarricense de Electricidad o el Tribunal Supremo de Elecciones.

El contexto internacional, sin embargo, era complicado. La Segunda Guerra Mundial llevaba un año destruyendo ciudades y desplazando civiles, y todavía quedaban cuatro años más de conflicto global.

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“Era una Costa Rica que tenía muestras de desgaste de varios gobiernos liberales y, por lo tanto, de cambio generacional. Es una época de cambio”, contó el periodista e investigador Rodolfo González.

Costa Rica venía de varias décadas de un periodo liberal que inició a finales del siglo XIX. El gobierno de León Cortés Castro (1936-1940) cerró esa fase de la historia del país donde la filosofía liberal fue la hegemónica en lo político, lo ideológico y lo económico.

Según González, había una prioridad por la educación primaria y secundaria. Tanto el gobierno de Cortés como sus antecesores invirtieron en la construcción de escuelas y colegios, con un característico estilo art déco, muchas que todavía hoy están en pie.

Con la entrada de Calderón y en pleno escenario de guerra y una crisis en los precios del café y económica, las finanzas del Estado se vieron afectadas y disminuyeron las grandes inversiones.

En un hecho sin precedentes, el gobierno de Calderón se unió a los países que declararon la guerra a la Alemania nazi de Adolfo Hitler a finales de 1941. Con ello, Costa Rica empezó una persecución contra extranjeros de países que atacaran naciones amigas.

También se adoptaron medidas para economizar aceites, materias primas y metales de desecho, y para conservar las existencias nacionales de víveres y artículos de primera necesidad.

Pero vayamos de vuelta a 1940. La población de Costa Rica para ese año, según el censo calculado, era de 656.129 personas, de las cuales casi 100.000 vivían en la provincia de Cartago. Hoy esos números se multiplican por ocho y cinco respectivamente.

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Según las estimaciones actuales del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en el país habitan cerca de 5,2 millones de personas. El último dato provincial proviene del censo del 2011, que arrojó una población de casi 500.000 personas en la provincia brumosa.

A nivel macroeconómico, los datos son insuficientes. El Banco Central carece de una estimación del producto interno bruto (PIB) para 1940. La cifra más cercana es la de 1950, año en el que la producción rozó los ¢1.450 millones. 81 años después, para el 2021, esa suma superó los ¢35,8 billones.

El PIB per cápita, es decir, la producción total dividida entre los habitantes, indicador que suele usarse para medir la riqueza de un país, puede calcularse para 1950, año en el que la población había aumentado a 800.000 personas. Ese año el PIB per cápita rondó los $1.800, casi siete veces menos de los $12.000 que calcula para el 2022 el Banco Central.

Los datos anteriores dejan ver que la Costa Rica de entonces era unas siete veces más pobre que la actual, basados en el PIB per cápita.

Tampoco sabemos cuánto subió el costo de la vida para ese año. El índice de precios al consumidor (IPC), que se toma como indicador para medir la inflación, está disponible desde 1976.

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En ese contexto se jugó el Campeonato de Fútbol de 1940, aunque el resultado final que dio a Cartaginés como campeón llegó en los primeros días de 1941. El 12 de enero de ese año, Herediano y Cartaginés se enfrentaron en la última fecha del torneo en el viejo Estadio Nacional y con la presencia del propio Calderón Guardia.

Cartaginés cerró con 13 puntos, uno más que el segundo lugar, el Orión FC. Además del Herediano, los equipos de Gimnástica Española, La Libertad y Alajuelense completan el sexteto que jugaron ese campeonato.

El cuadro bromoso alzó la copa también en 1923 y 1936. Pero desde el torneo de 1940 los cartagineses no sabían qué era ser campeón de Costa Rica. Hasta que llegó el 2022.

81 años después

La mala racha de 81 años se rompió el miércoles 6 de julio, tras el agónico partido contra Alajuelense. 90 minutos no fueron suficientes y se tuvo que alargar media hora más, tras los cuales los cartagineses hicieron historia al conseguir su cuarto título.

Los nietos de los que vieron a Cartaginés campeón por última vez volvieron a celebrar en un Cartago distinto. La Plaza Mayor de la ciudad, frente a las icónicas ruinas de la iglesia, fue el centro de reunión para cientos de cartagineses que acudieron a festejar y a recibir al cuadro brumoso que arribó en horas de la madrugada.

En 81 años han pasado muchas cosas: una guerra civil, la fundación de la Segunda República, la Guerra Fría, la caída de la Unión Soviética y la lista sigue.

Hoy, la situación internacional es casi igual de sombría a la de 1940. Alzas continuas en los precios de los combustibles y alimentos, una guerra en marcha entre Ucrania y Rusia, además de otros conflictos en diferentes zonas del mundo, y la particularidad de una pandemia que ya empieza a ser cosa del pasado. Pero es una Costa Rica diferente.

Han sido 81 años que para muchos aficionados brumosos se han sentido como siglos de espera. ¿Pasarán otras ocho décadas para que Cartaginés alcance su quinta estrella?