Cuando inicia el año, usualmente pensamos en propósitos que muchas veces involucran aprender algo ya sea porque nos gusta o bien porque lo necesitamos.
Sin embargo, no siempre pensamos si lo que queremos hacer está relacionado con una capacidad, una competencia o un talento, términos muy utilizados en las empresas.
De manera muy sencilla , podemos decir que la capacidad está más relacionada con el potencial, es decir tener las cualidades o aptitudes para ejecutar una tarea, es como decir “yo puedo hacerlo”. El tener la capacidad, no quiere decir que no requerimos formación por ejemplo, puedo tener la capacidad para trabajar con tecnología, pero requiero formación específica para lo que quiero hacer. A veces pasa que somos capaces de algo y no lo sabemos.
La competencia, es la puesta en práctica y el desempeño óptimo en una tarea. Usualmente en las empresas se pide que se demuestre por medio de comportamientos que evidencian que se tiene la competencia. Estas pueden ser de conocimiento o de habilidades como liderazgo o trabajo en equipo.
El talento está más asociado a nuestras habilidades naturales. Es decir, aquello que se nos da de manera muy espontánea, casi sin pensarlo. Pero además tiene un componente muy importante: lo disfrutamos mucho, al realizar las actividades que tienen que ver con nuestro talento, el tiempo se nos pasa volando porque lo hacemos bien y nos gusta. Esto puede pasar tanto en nuestro trabajo como en nuestra vida personal.
Entonces, ¿en qué enfocarse? Si bien es cierto las tres son importantes, deberíamos empezar por el talento natural, ya que este es el que va a impulsar los otros.
El tener la capacidad para algo, no quiere decir necesariamente que lo voy a disfrutar o que me llenará de satisfacción. Por eso es importante valorarla junto con el talento natural el cual nos brinda mucha motivación y nos permite brillar.
Para ser empleables, debemos desarrollar las competencias, sabiendo que aquellas que no están asociadas a nuestros talentos naturales nos tomarán un poco más de tiempo y esfuerzo y sobre todo requiere de disciplina y constancia.
Identificar los talentos naturales es la base y si queremos propósitos que se cumplan a nivel personal el autoconocimiento es clave. A nivel organizacional, cuando las empresas alinean el talento, con la capacidad de los colaboradores no solamente serán competentes, sino que brillarán y disfrutarán su trabajo.